Las desigualdades obstaculizan el bienestar de las personas

Roberto Rosales 

Participante en la XIII Escuela de Verano sobre Movilidad Social

Se habla mucho de desigualdad, pero también hay mucha confusión, dado que hay numerosas formas de entender la desigualdad. Con frecuencia se hace referencia al ingreso y a la riqueza individual o entre naciones como el foco primario de atención en el debate de la desigualdad. 

La desigualdad es multidimensional, no es sólo económica. Las diferencias se manifiestan en muchos aspectos de la vida de las personas, por ejemplo, las desigualdades de carácter no monetario como la desigualdad de oportunidades o la desigualdad de trato. Las brechas pueden ser tanto en recursos, como en acceso a oportunidades que, juntas, conspiran para bloquear los avances en el bienestar de las personas. 

Una exploración cuidadosa de la desigualdad sin duda debe tener en cuenta el ingreso y la riqueza, pero debe ir más allá de estas dimensiones, concentrarse en una cara de la moneda podría subestimar la verdadera magnitud de la desigualdad en todas sus formas. Joseph Stiglitz, por ejemplo, menciona que quizá la peor dimensión de la desigualdad sea la de oportunidades, reflejada en la falta de movilidad socioeconómica, ya que condena a quienes han nacido en la parte inferior de la pirámide económica a permanecer en ella. 

La desigualdad económica también se traduce a menudo en desigualdad política, que se expresa en la concentración de poder político en las manos de pocas personas, que limitan las opciones en la participación política. 

La desigualdad puede entenderse de forma más amplia como el resultado del acceso desigual a las oportunidades de trabajo, educación, salud, a una esperanza de vida mayor, a activos y a la movilidad social, entre otros.

La literatura reciente destaca que los resultados de vida de las personas están determinados por factores como el esfuerzo individual y las “circunstancias” que están fuera de su control, como los orígenes familiares, raza, sexo, entre otros. 

Según este enfoque, más que la actividad redistributiva, es importante tener en cuenta el proceso intermedio de asignación de esos recursos que dependerá del esfuerzo individual y las circunstancias. Por ello, si a un mismo grado de esfuerzo realizado por los individuos, las diferencias en “circunstancias” de origen se trasladan a desigualdades de ingreso, riqueza u otro elemento de resultado que componen el bienestar de una persona, entonces se dice que hay desigualdad de oportunidades. La igualdad de oportunidades se alcanza cuando las circunstancias no juegan ningún papel en el resultado final de las personas. 

La desigualdad de resultados se refiere a toda diferencia en los elementos fundamentales que componen el bienestar de una persona. Entre ellos, el empleo, la salud, la esperanza de vida, la educación, el ingreso, la riqueza, capacidades básicas, entre otros. De acuerdo con el profesor Atkinson, la desigualdad de oportunidades es esencialmente un concepto ex ante, donde todas las personas deberían tener una cancha pareja y un punto de partida igual, mientras que gran parte de la tarea distributiva se ocupa de resultados ex post. Los estudios sugieren que al menos 30% de la desigualdad económica se debe a la desigualdad de oportunidades en México.

La movilidad social es más baja en los países más desiguales como México. La desigualdad de oportunidades es una limitación para las opciones y libertades de las personas, lo cual repercute de forma negativa en su bienestar. 

El objetivo no es una igualdad plena, pero dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Objetivo 10 es reducir la desigualdad en y entre los países, ya que cuando en una sociedad hay pocas oportunidades, o ninguna, de subir en la escala social, en la que la desigualdad de oportunidades y las desigualdades de resultados se retroalimentan, pueden generar un contexto de alta desigualdad como el que estamos viviendo. 

 

Referencias

  1. Atkinson. (2016) Desigualdad. ¿Qué podemos hacer? México: FCE. 

Campos Vázquez, Raymundo (2020) “La ciencia de la Desigualdad”, Nexos, Economía y Sociedad.

Monroy-Gómez-Franco, Luis (2017) “Igualar las oportunidades”, Nexos, Economía y Sociedad.

Monroy-Gómez-Franco, Luis (2016) “La desigualdad de oportunidades en México”, Nexos, Economía y Sociedad. 

Roemer, J. (1998), Equality of Opportunity, Harvard University Press.

Santos de Farias Souza, Wallace Patrick, Annegues, Ana Claudia, Rodríguez de Oliveira, Víctor (2017) “Consideraciones sobre la desigualdad de oportunidades: nueva evidencia”, Revista de la CEPAL N°121, noviembre 2017, p 111-129.

Stiglitz, Joseph (2015) La gran brecha: Qué hacer con las sociedades desiguales, México, Taurus.