El ABC para construir la igualdad de oportunidades en México
Una mayor movilidad social debe cimentarse sobre bases firmes que permitan establecer la igualdad de oportunidades en México como una realidad cotidiana y no como un fenómeno ocasional y aislado.
Si deseamos fomentar el desarrollo y el bienestar social, debemos partir de un principio de participación en el que la intervención pública se traduzca en políticas que permitan la construcción de una plataforma que dé apoyo al crecimiento de una sociedad donde la igualdad de oportunidades sea la norma.
Un enfoque de sistemas universales
Las políticas públicas que le den sustento a la igualdad de oportunidades deben complementarse de tal manera que atiendan de forma independiente las necesidades específicas de las diferentes dimensiones involucradas en la movilidad social, a la vez que se refuerzan unas a las otras para garantizar así una intervención que contribuya a la prosperidad general del país.
El CEEY, además de presentar propuestas para el establecimiento de estas políticas con la movilidad social como el eje principal, ha publicado también una serie de recomendaciones para la creación de sistemas universales que se conviertan en los primeros peldaños de una estructura que a la larga abarque a toda la sociedad y así dar paso a una política social de Estado sustentada en un mejor manejo del gasto público y un financiamiento robusto de largo plazo. Esto implica la necesidad de cubrir de manera universal los elementos mínimos que conforman las necesidades de la ciudadanía en términos de salud, educación, riesgos laborales, inclusión financiera y apoyo a las personas en condición de desventaja.
En el libro El Mexico del 2018: movilidad social para el bienestar, publicado por el CEEY, se discuten con mayor profundidad las características que deben dar forma a los elementos arriba mencionados a través de la unificación y la universalización de los servicios y en el Informe de movilidad social en México 2019: Hacia la igualdad regional de oportunidades se complementan estas propuestas señalando la necesidad de garantizar la igualdad de oportunidades y de establecer mecanismos de redistribución para ello, mostrando los primeros pasos que se deben dar para alcanzar estas metas.
Los cambios en materia de avance tecnológico y sistemas laborales, o en demografía y en los tipos de riesgos de salud, entre otros, hacen necesaria la reestructuración y reorganización de los sistemas actuales con el fin de reforzar la inclusión educativa y eliminar la deserción escolar, estabilizar los mercados laborales y reducir la informalidad, así como universalizar el acceso a los servicios de salud y de protección social. Una vez colocados estos primeros escalones, se tendrán bases sólidas para construir con éxito la igualdad de oportunidades en México.