El color de la piel y la justicia social en México

La desigualdad tiene diferentes facetas que repercuten en el desarrollo y la justicia social en México, dando pie a la exclusión y la discriminación en diferentes dimensiones de nuestras vidas. Una de esas facetas es el tono de piel.

El análisis de las desigualdades a las que se enfrentan las personas de tez más oscura en América Latina es relativamente reciente, pero muy revelador.

A flor de piel

La región en la que se nace, hablar una lengua indígena, tener la piel morena, ser mujer o tener una discapacidad, pueden ser factores de discriminación laboral, social o incluso educativa. Distintos estudios han encontrado que el color de piel influye en la exclusión de las personas y tiene un impacto negativo en la movilidad ascendente de los individuos de tez oscura.

El Módulo de Movilidad Social Intergeneracional 2016, del INEGI, la Encuesta ESRU de Movilidad Social en México 2017 (ESRU-EMOVI 2017), y los trabajos del proyecto PERLA (Project on Ethnicity and Race in Latin America) de la Universidad de Princeton arrojan luz sobre los problemas y las desigualdades que enfrentan las personas debido a su color de piel. El documento de trabajo del CEEY, «Capas de desigualdad: Movilidad social, desigualdad de oportunidades y color de piel en México» (disponible en inglés) nos ofrece un panorama del papel que juega el tono de la piel en nuestro país en las oportunidades de los individuos y en nuestro desarrollo como nación.

Entre los datos analizados en Capas de desigualdad, por ejemplo, destaca la composición de los estratos en los extremos de la distribución de riqueza en México, en donde vemos que el porcentaje de personas con tono de piel más oscura en el estrato de riqueza inferior es mayor que en el estrato más alto. Asimismo, las oportunidades de movilidad ascendente son notoriamente menores para los primeros: tener la piel oscura en México representa una desventaja que está fuera del control de los individuos.

De manera contrastante, el tono de piel tiene más influencia en la desigualdad de oportunidades en la región norte que en las demás regiones de nuestro país, y este efecto también se hace notar en las zonas urbanas, a diferencia de las zonas rurales.

El color de la piel es solo uno de los factores que afectan a la movilidad social y al desarrollo de las personas y su impacto, una vez sumado a los demás factores y en particular a la riqueza del hogar origen, es considerable. Atender y eliminar los obstáculos que representa el tono de piel es un proceso indispensable en la búsqueda de la justicia social en México.