El cuidado como limitación de un derecho universal

Fernando González Salgado

Participante en la XIII Escuela de Verano sobre Movilidad Social

La importancia de los cuidados en la vida de una persona es fundamental, puesto que permiten desarrollar una influencia positiva para su bienestar físico y emocional. Esta actividad, es vista comúnmente como algo moralmente necesario o como un acto afectivo. Sin embargo, algunas personas ven esta actividad como algo obligatorio lo que ha limitado los derechos universales para ciertos grupos de la sociedad. 

Los roles de género y la herencia de ciertas costumbres tipifican los cuidados como algo innato de las mujeres, segregando a este sector de potenciales actividades que permitan su desarrollo económico y social. La mayoría de las veces, estas actividades se realizan sin algún tipo de remuneración económica por lo que castiga su independencia e incrementa la desigualdad de género. 

La desigualdad de género es uno de los temas más sonados de la contemporaneidad, es un problema general que aqueja a toda la sociedad directa o indirectamente. Según datos de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, el trabajo doméstico no remunerado es una de los principales impedimentos para gozar sus derechos en condiciones de igualdad.

El trabajo es uno de los principales motores para el desarrollo de cualquier economía, es un factor de cohesión social y dignifica a la persona a través de un sentido de productividad hacia y para la sociedad. Sin embargo, no todos tienen las mismas posibilidades para acceder al mercado laboral formal. 

Feminizar los cuidados es uno de los obstáculos que promueven la disparidad de género, puesto que limitan su tiempo y sus oportunidades. En la dimensión de las personas que se dedican a actividades domésticas no remuneradas, se añade el problema de la acumulación de bienes y su falta de independencia financiera.

Por todo lo anterior, es necesario comprender el rol que tienen los diversos actores para enfrentar este problema. Desde las políticas públicas se debe contextualizar la situación que se vive actualmente y realizar una valoración en torno a cómo se puede ayudar al género femenino a insertarse al mercado laboral y apoyar a las familias por medio de políticas de cuidado. A nivel micro, se puede trabajar estas instituciones informales que tipifican los cuidados por género por medio de programas que sensibilicen hacia un cambio de actitudes sobre la igualdad de género. 

Reflexionar y actuar sobre esta problemática debe tener como eje guía concientizar sobre la responsabilidad que tiene la familia y el estado sobre la provisión de cuidados de manera conjunta. La agrupación de estos actores debe trabajar en un cambio generacional sobre la división sexual del trabajo ya sea dentro o fuera de casa. De igual forma, la formulación de políticas centradas en apoyo a las familias en materia de protección social aportaría a la disminución de estas limitaciones que enfrentan los roles de género en estas actividades. 

Referencias

1 Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (2019). Retos y desafíos de las mujeres en México, Gobierno de México. 

2 Organización Internacional del Trabajo. (s.f.). La importancia del empleo y los medios de vida en la agenda para el desarrollo con posterioridad a 2015, Organización Internacional del Trabajo.