Foto: The New York Times

GameStop y la rebelión de las masas

Julio Serrano*

A principios de año, GameStop era una empresa poco conocida, cuyas acciones cotizaban en 17 dólares y con pobres perspectivas de negocios. Todo cambió cuando un grupo de pequeños inversionistas se juntó para convertirla en un emblema de la rebelión financiera de las masas.  

GameStop se dedica a vender videojuegos en una red de tiendas físicas. Su modelo de negocios fue exitoso hasta que los videojuegos se empezaron a distribuir de manera digital. Al considerar que el futuro de la empresa era poco prometedor, grandes fondos de cobertura apostaron mucho dinero a que sus acciones bajarían de precio. La manera en que lo hicieron fue yéndose cortos.  

Esta estrategia puede ser muy riesgosa. Las pérdidas pueden llegar como ráfaga. Conforme más sube una acción, más urgencia de los que se fueron en corto para comprarla y así protegerse de más pérdidas, lo que puede provocar que la acción continúe subiendo.  

Esto es justo lo que pasó con GameStop. Al saber que los fondos de cobertura tenían posiciones cortas considerables, millones de pequeños inversionistas se pusieron de acuerdo a principios de año en Reddit para comprar acciones y así subir el precio. Su postura no obedeció a que de repente las perspectivas de la empresa mejoraran drásticamente. No, lo que buscaban era subir el precio a base de compras masivas. La estrategia fue un éxito rotundo. El 27 de enero, la acción cerró en 347 dólares, para una ganancia acumulada de más de 1,900% en 2021. Esto provocó la pérdida de miles de millones de dólares en los fondos de cobertura y la quiebra de por lo menos uno.  

Se puede apreciar un toque populista en la actitud de los pequeños inversionistas. Muchos de ellos no solo buscan ganar dinero, también quieren provocar que los grandes fondos de Wall Street lo pierdan. Existe un enojo acumulado —justificado, en cierto grado— que data de la crisis financiera de 2008. En aquel entonces, el gobierno de Estados Unidos tuvo que intervenir para rescatar a varios grandes inversionistas y así evitar el colapso del sistema financiero. La percepción de muchos fue que se benefició a los ricos a expensas de los menos favorecidos. Algunos de los inconformes son los que ahora se han agrupado para hacer sufrir con sus inversiones a los poderosos, a los privilegiados. 

En los últimos días las acciones de GameStop se han desplomado, pero el daño para los fondos ya está hecho y el lugar de los pequeños inversionistas como una nueva fuerza disruptiva en Wall Street quedó establecido. Quedó claro que pese a que un inversionista con mil dólares para meter a una acción no es rival para un fondo de cobertura con miles de millones de dólares a su disposición, cuando se aglutinan millones de pequeños inversionistas con cantidades similares la balanza de poder cambia.  

En cierto sentido, el caso de GameStop es una extensión a la arena financiera de lo que está ocurriendo en el ámbito político y social en varios lugares: la rebelión de las masas en contra de las élites. 

*Consejo Directivo del CEEY. Correo: [email protected]. Columna publicada originalmente en Milenio el 4 de febrero de 2021.

2021-02-04T15:17:25-06:00