Igualdad de oportunidades en México: movilidad ocupacional regional
Las opciones que tienen los hijos para acceder a mejores empleos, en comparación a los que tuvieron sus padres, son un reflejo de la igualdad de oportunidades en México.
El puesto que se ocupe en el mercado laboral determina de manera importante el ingreso, así como el estatus que las personas tienen en la vida social. Además, las ocupaciones son un indicativo de la educación y las habilidades.
El peso del origen
La movilidad ocupacional se mide a partir de una clasificación que agrupa a las ocupaciones con base en el nivel educativo, competencias y beneficios (ingreso, jerarquía y estatus); dicha clasificación permite identificar cómo se divide en estratos una sociedad. Para el Informe de Movilidad social en México 2019 se utilizó la siguiente clasificación de ocupaciones:
- Agrícolas (asalariados y pequeños propietarios)
- Manuales de baja calificación (ayudantes, peones fabriles, trabajadores de limpieza, etc.)
- Manuales de alta calificación (supervisores industriales, técnicos no especializados, etc.)
- Comercio (pequeños patrones, trabajadores por cuenta propia)
- No manuales de baja calificación (oficinistas, asistentes administrativos, etc.)
- No manuales de alta calificación (gerentes, directivos, profesionistas, etc.)
En México, entre más baja sea la posición ocupacional de origen, más barreras habrá para experimentar movilidad ocupacional ascendente. Solo 8 % de las personas con padres en ocupaciones agrícolas obtienen empleos no manuales de baja y alta calificación, en comparación con 52 % de aquellos cuyos padres tienen ocupaciones no manuales de alta calificación.
Además, las condiciones de origen se relacionan con la exclusión laboral y la discriminación. Las posibilidades de movilidad social resultan más adversas para las mujeres. Ellas no cuentan con las mismas oportunidades que los hombres, lo cual se refleja en una diferencia abismal en cuanto a la participación económica: sólo 43 % participa en el mercado laboral, contra 82 % de los hombres.
Por otra parte, la movilidad ocupacional varía según la región de residencia. En la región centro, por ejemplo, la persistencia en ocupaciones directivas o gerenciales es de 39 %. En el resto de las regiones del país se presentan menores tasas de persistencia, que va desde 30 % en el sur hasta 24 % en el norte-occidente.
Sin embargo, independientemente del nivel de desarrollo económico de la zona, la movilidad ascendente de largo alcance es baja en todas las regiones: solo 6 % de los hijos de padres agricultores en el norte alcanzarán ocupaciones altas (gerentes, directivos, profesionistas, etc.), en el sur este porcentaje se reduce al 2 %.
El estudio de los mecanismos que frenan a la movilidad ocupacional nos permite estructurar las recomendaciones de política pública que requerimos para impulsar la igualdad de oportunidades en México. Con los resultados regionales ahora también sabemos que se requiere de un enfoque de política territorial y regional.