Imagen: Imagen tomada en ABC Tlaxcala

Ingresos en ascenso desde la desventaja

Roberto Vélez Grajales1

Con la publicación de los nuevos datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), tenemos la oportunidad de analizar la composición del ingreso a lo largo de la escalera socioeconómica mexicana y su evolución en los últimos años. Como punto de partida retomo en esta columna el informe más reciente del CEEY sobre movilidad social en México, en el cual se incluye un análisis que revela un hallazgo relevante: entre 2017 y 2023, las personas con mayores desventajas de origen fueron quienes experimentaron el mayor avance en sus ingresos.

Este resultado representa una señal de que se está reduciendo el efecto de la desigualdad de oportunidades. Si se estableciera como un objetivo explícito de política pública, podría alcanzarse un mayor impacto en el corto plazo. Más aún, si ese crecimiento se sostiene en fuentes duraderas, su efecto positivo se amplificaría, abriendo mayores espacios para la movilidad social, incluso entre generaciones.

Una forma típica de observar los cambios en los ingresos es mediante su distribución por deciles. Esta comparación permite identificar si las diferencias entre grupos se están reduciendo o ampliando. En general, el discurso de política pública establece como objetivo que los ingresos deben aumentar para todos, pero con mayor intensidad entre los deciles más bajos. Si esto sucede, la desigualdad del ingreso disminuirá, al igual que la incidencia de la pobreza.

En el informe del CEEY abordamos esta dinámica desde una perspectiva de igualdad de oportunidades. Siguiendo el enfoque propuesto por Vito Peragine, Flaviana Palmisano y Paolo Brunori, se definen grupos de personas por cada combinación posible de las tres circunstancias de origen que aportan más a la desigualdad de oportunidades en México: recursos económicos, nivel educativo y región.  A partir de lo anterior, dichos grupos se ordenan de menor a mayor ingreso promedio. De esta forma, el ingreso promedio observado en el ordenamiento se puede entender como un ingreso esperado por grupo, antes de conocer el esfuerzo por parte de las personas.

A partir del ordenamiento resultante de 2017, y al compararlo con lo observado en 2023, encontramos que tres cuartas partes de la población de entre 25 y 64 años vio incrementos en su ingreso, sin importar su combinación de origen. Lo más destacable es que las personas con mayores desventajas fueron quienes registraron las mayores mejoras. En otras palabras, el efecto negativo del origen sobre la capacidad de generar ingresos se está, al menos parcialmente, mitigando.

En conclusión, el incremento en los niveles de ingreso entre la mayoría de la población mexicana antes mencionada es una buena noticia, pero lo es aún más que este crecimiento se concentre entre quienes enfrentan mayores barreras de origen. Que los beneficios se acumulen entre los sectores con mayores desventajas de origen implica una ventana hacia mayor justicia y cohesión social. Resta analizar si esta característica del crecimiento del ingreso se sostiene en el tiempo. Un punto de partida para identificar lo anterior será la comparación de los resultados de la ENIGH 2024 con sus ediciones anteriores, en particular, para conocer cuáles han sido las fuentes de ese crecimiento entre los distintos grupos sociales de la población mexicana. 

* Director Ejecutivo del CEEY. Columna publicada el 31 de julio de 2025 en El Economista