La buena sociedad: justicia social e igualdad de oportunidades
¿Cuáles son los elementos que definen a una “buena sociedad”? ¿El concepto de justicia social es igual para todos, o depende de nuestras percepciones?
En términos generales pensamos que una buena sociedad es la que ofrece oportunidades de desarrollo y prosperidad para sus integrantes: una sociedad en la que el peso de la herencia tenga una influencia mínima en la movilidad social y exista una distribución equitativa de la riqueza, del acceso a servicios de salud y educación y de empleos dignos. En esta sociedad, las brechas de todo tipo estarían reducidas a su mínima expresión y todos tendríamos la posibilidad de alcanzar nuestras metas y ver nuestras aspiraciones convertidas en realidades tangibles.
La perspectiva convencional nos dice entonces que una buena sociedad resulta en altas tasas de movilidad social; sin embargo, la investigación de la movilidad a través de los apellidos que presenta el libro El sol no sale para todos de Gregory Clark nos muestra una historia que no concuerda con la postura convencional. Las sociedades de algunos países han sido capaces de reducir de manera importante las brechas en salud, educación, ingreso y trabajo de sus ciudadanos, a pesar de estar sujetas a un ritmo bajo de movilidad social, mientras que en otros países con tasas similares de movilidad las desigualdades son mucho más altas de lo deseado.
Lo anterior conduce a Clark a ponderar la correlación entre la movilidad social y la buena sociedad al calcular los resultados de la primera en caso de reducir las desigualdades en la segunda, llegando a la conclusión de que las bajas tasas de movilidad y el considerable peso de la herencia no son necesariamente indicadores de una sociedad injusta en la que el talento de las personas esté desaprovechado.
Esta realidad nos dice que el énfasis debe ponerse en las políticas públicas orientadas a la reducción de las desigualdades, pero estas políticas dependen en buena medida de los niveles de tolerancia o de aversión que tengan las personas hacia las condiciones de desigualdad de sus entornos. Este tema se aborda en el documento de trabajo Perceptions of Inequality and Social Mobility (Percepciones en Desigualdad y Movilidad Social) publicado en 2020 por el CEEY, que analiza el efecto que tiene la percepción en las preferencias de las personas acerca de los mecanismos que deberían implementarse para equilibrar la balanza socioeconómica a través de políticas públicas de redistribución.
Por lo tanto, si las acciones que tomamos con respecto a la construcción de una buena sociedad están ligadas —entre otros factores— a nuestras convicciones y nuestros puntos de vista acerca de las condiciones de desigualdad y movilidad social que observamos, la difusión de información veraz y la educación pertinente son fundamentales para cimentar los procesos de justicia social que requerimos.