Las circunstancias como obstáculo para la acción libre

Bruno Gabriel Ramírez Fernández

Participante en la XIII Escuela de Verano sobre Movilidad Social

Nadie escoge donde nace. Desde las características de la familia de origen; incluyendo el nivel socioeconómico, educativo y la ocupación de los padres y madres; hasta las características individuales como el género, color de piel y el origen étnico son factores exógenos al individuo que representan ventajas u obstáculos para el desarrollo y progreso individual. Estas características generan desigualdad de oportunidades, afectando desde sus distintas aproximaciones a la movilidad social.

Jacinto Choza ilustra el papel que juegan las características biológicas y culturales a través del fenómeno que llama el proceso de “individuación” o “autorrealización” en su Manual de antropología filosófica (1988). Choza distingue en este proceso cuatro fases distintas: el “yo puntual”, el organismo biológico, el medio sociocultural y la acción libre. Para el autor en cada una de estas fases se va cimentando y formando así a una persona cada vez más individual y concreta. Con el organismo biológico se refiere a la herencia biológica del individuo (características físico-anatómicas); mientras con el medio cultural hace referencia a las condiciones sociales y culturales en las que una persona se desenvuelve a lo largo de su vida. De igual forma, habla de cómo cada una de las fases que preceden a la acción libre de la persona, son determinantes de ella.

A través del proceso de individuación se puede ver cómo la aproximación filosófica es una herramienta que permite entender la idea de la injerencia que tienen las circunstancias mencionadas anteriormente en el desarrollo individual de cada persona.

Incluso los datos nacionales refuerzan el modelo de Choza. Según los datos presentados en el Informe de Movilidad Social en México 2019 (Orozco et al., 2019) se puede comprobar cómo efectivamente el organismo biológico y el medio sociocultural tienen un gran impacto en la acción libre, pero ¿esto qué quiere decir? Específicamente, que en México se puede atribuir la mala distribución de las oportunidades a ciertos factores que están fuera de las manos de las personas, siendo así que las dos fases previas al momento de poder desarrollarse plenamente cada una de las y los mexicanos es obstaculizado o favorecido por las circunstancias en la que se ha desarrollado toda su vida.

De acuerdo con las cifras obtenidas por Monroy-Gómez-Franco y Corak (2019), citado por Orozco et al. (p.65, 2019), a nivel nacional los factores que tienen un mayor peso en la medición de la desigualdad de oportunidades son: la riqueza de la familia (46%), el máximo logro educativo de los padres (18%), la región de origen (11%) y las características del barrio/colonia de origen (11%). Por otro lado, características como tono de piel, sexo y que los padres sean hablantes de alguna legua indígena suman únicamente el 5%. Es así la forma en que se puede notar el gran peso que tiene el entorno sociocultural en la acción libre, mientras que el cuerpo biológico representa un factor de menor impacto, sin embargo, esto no implica que se deba de ignorar el hecho de que la forma en que se ven las personas tiene importancia en la autorrealización.

De lograr atenuar los efectos negativos que estas circunstancias tienen sobre la distribución desigual de oportunidades, se podría llegar a una sociedad con menores brechas de desarrollo económico y social, y así, del bienestar. Generar una solución representa un reto multifactorial que repercutirá en todos y cada una de las y los mexicanos, permitiendo que se puedan desarrollar libre de sesgos que dañen a la igualdad de oportunidades, sobre cosas fuera de su control.

Referencias

Choza, J. (1988). Manual de antropología filosófica. Ediciones Rialp.

Orozco, M., Espinosa, R., Fonseca, C., y Vélez, R. (2019) Informe de Movilidad Social en México 2019. México: Centro de Estudios Espinosa Yglesias.