Foto: Fundación Nueva Esperanza

Movilidad social 4.0

Mariana Braojos Priego

Participante en la XIII Escuela de Verano sobre Movilidad Social

Desde el inicio de los tiempos, nuestra especie ha echado mano de las innovaciones  tecnológicas para mejorar en términos absolutos la calidad de vida de las generaciones humanas respecto a las anteriores. La domesticación del fuego, la invención de la rueda y el  descubrimiento de los antibióticos son algunos ejemplos de esta inequívoca relación. Sin embargo, es menos claro el efecto que ha tenido el acceso a la tecnología en la posición de los individuos dentro de la distribución social a lo largo de la historia. En los albores de la era digital, es preciso esclarecer esta relación y poner manos a la obra para evitar que la tecnología termine por reproducir y acrecentar las inequidades existentes y se consolide como un factor intergeneracional de la desigualdad de oportunidades. 

Según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información (ENDUTIH), en 2021 había 88.6 millones de usuarios de Internet en México, cifra que  equivale a 7 de cada 10 mexicanos. Si bien, la penetración del Internet en el territorio es relativamente extensa y progresa satisfactoriamente, prevalecen grandes disparidades. Por ejemplo, hay una brecha de más de 40 puntos porcentuales entre los estados en los extremos del espectro: mientras que en CDMX el 88.3% de su población es usuaria de Internet, en Chiapas sólo lo es el 46.1%. Existen brechas similares en variables como la edad y el medio social (urbano-rural). 

La ENDUTIH confirma que hay una fuerte correlación entre los sectores sociales en la parte más baja de la distribución del ingreso y aquellos sin acceso a la tecnología. Esto es especialmente preocupante debido a que las circunstancias tecnológicas de origen tendrán progresivamente mayor efecto sobre los resultados de las personas. El ámbito educativo y el laboral, dos de los ejes claves de la movilidad social, están cada vez más vinculados al acceso a las nuevas tecnologías. La creciente implementación de tecnologías de la información en la  educación desde los niveles básicos y la progresiva incorporación de tecnologías de vanguardia en todos los sectores productivos de la economía representan un gran riesgo de rezago (y exclusión) para sectores sociales desprovistos o con un limitado acceso a la  tecnología. 

Más allá de la dimensión estrictamente material del acceso a tecnologías de última generación, cabe preguntarse si el nivel de alfabetismo tecnológico de los padres determina a su vez el de los hijos, como ocurre con el nivel educativo. No es descabellado plantear la necesidad de desarrollar un concepto análogo al capital cultural enfocado a los conocimientos y habilidades tecnológicas, además de desarrollar indicadores confiables sobre alfabetismo tecnológico que permitan medir su impacto sobre el nivel socioeconómico de los individuos.  

Es claro que el estatus tecnológico de origen definirá tanto la educación como el tipo de  empleo y el salario al que pueda aspirar una persona y, en consecuencia, sus posibilidades de tener movilidad social ascendente. El ensanchamiento de la brecha digital debería ser una de las principales preocupaciones de las y los hacedores de políticas públicas en México, pues los efectos de la “circunstancia tecnológica” sobre el futuro de las personas serán pronto innegables.  

La cuarta revolución industrial traerá consigo cambios de gran escala, profundidad y velocidad que, de ser aprovechados correctamente, podrían contribuir a modificar las tendencias de las desigualdades e impulsar la movilidad social. La innovación tecnológica ha permitido llevar servicios básicos a poblaciones marginadas, ha ampliado el acceso a la educación con cursos digitales masivos y ha facilitado que personas con poco capital inicial emprendan negocios en línea. Saldar deudas históricas con poblaciones marginadas y redistribuir los beneficios de las innovaciones tecnológicas en un horizonte cercano es uno de los futuros posibles.  

Referencias 

1 INEGI, Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de  Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2021 (Comunicado de prensa) 4 de julio, México, 2021.

2 United Nations, Economic and Social Commission for Asia and the Pacific, “Technology and inequalities” in  Inequality in Asia and the Pacific in the era of the 2030 Agenda for Sustainable Development, 2018, pp. 63- 76.