Sin mujeres no habrá desarrollo
Isaac López-Moreno Flores
Participante en la XII Escuela de Verano sobre Movilidad Social
La participación de las mujeres en los mercados laborales es un aspecto clave para impulsar la movilidad social y reducir los niveles de pobreza en un país. El razonamiento es sencillo: si en México hubiera un mayor número de hogares en donde las mujeres tuvieran acceso a un ingreso laboral, nuestro país tendría una mayor cantidad de personas viviendo por encima de la línea de pobreza establecida por el CONEVAL. No obstante, México es uno de los países con la tasa de participación laboral femenina más baja de América Latina.
Lamentablemente, no aprovechar el capital humano femenino tiene múltiples implicaciones negativas. Por ejemplo, Cuberes y Teigner (2018) estiman que la falta de participación laboral femenina en México genera una pérdida económica del 22 % del PIB. Adicionalmente, distintos estudios han concluido que las y los niños tienen una mejor calidad de vida cuando sus madres tienen una fuente de ingresos ya que se dedica un mayor porcentaje de los gastos del hogar a aspectos clave para la infancia como educación, atención médica, vestimenta y una mejor nutrición (Duflo y Udry 2004; Bobonis 2009; Robinson 2012). Por último, múltiples investigaciones han señalado que el aumento sostenido de la participación laboral femenina fue una de las razones detrás del crecimiento económico acelerado en países asiáticos (Bloom y Williamson 1998; Bloom, Canning y Malaney 2000; Bloom, Canning, Fink y Finlay 2009). Considerando todos los beneficios que podría traer para México impulsar un incremento significativo en este rubro, es muy importante entender las causas detrás de la baja empleabilidad femenina en México.
La literatura apunta a que existen múltiples factores sociales, culturales, educativos, demográficos y económicos que impiden a las mujeres incorporarse al mercado laboral. Por una parte, Kaplan & Piras (2019) muestran evidencia de que los roles de género están profundamente arraigados en México, ya que las mujeres mexicanas dedican el mayor número de horas al trabajo no remunerado comparado con otros países de América Latina. Por otra parte, diversos estudios muestran como el nacimiento de un hijo genera que las mujeres dediquen mayor tiempo a trabajo no remunerado o incluso optan por dejar de trabajar por un amplio periodo de tiempo, o bien, de forma definitiva (Kahn, García-Manglano y Bianchi 2014; Kleven, Landais, Posch, Steinhauer y Zweimüller 2019; Aguilar-Gómez, Arceo-Gómez y De la Cruz Toledo 2019). Debido a esto, investigadores y activistas han hecho hincapié sobre la importancia de que México implemente un programa universal de guarderías subsidiadas, ya que existe evidencia de que esto contribuye a incrementar la participación laboral femenina (Calderon 2014; Contreras, Puentes y Bravo, 2012; Berger y Black 1992; Saraceno 2011).
Por último, también existe una teoría económica expuesta por Goldin (1995) en donde se argumenta que la participación laboral femenina podría depender de los niveles de desarrollo económico de un país. La teoría establece que en las economías agrícolas hay una mayor participación laboral femenina dedicada a actividades de subsistencia mientras que en economías industriales la participación femenina disminuye considerablemente ya que los puestos de trabajo en este sector suelen ser ocupados por hombres. Por último, se explica que en las economías orientadas al sector servicios la participación laboral femenina no solo aumenta, sino que viene acompañada de salarios más altos y una mejor calidad de vida.
Añadir esta teoría a la ecuación volvería más complejo el problema e implicaría que para aumentar la tasa de participación laboral femenina no bastaría con políticas públicas orientadas a disminuir la carga de cuidados con un sistema universal de guarderías, sino que de manera simultánea se requeriría diseñar políticas para impulsar la transformación estructural de las economías estatales de México enfocadas a actividades agrícolas e industriales.
Considerando esta información, es necesario realizar un análisis detallado sobre las causas detrás de la baja o alta participación laboral femenina en cada uno de los estados del país. También se requiere visibilizar todas las pérdidas que se están generando por no darle prioridad a este tema. Por último, se debe invitar a más especialistas a contribuir a este tema de investigación ya que todo indica que México difícilmente alcanzará mayores tasas de crecimiento económico y mejores niveles de desarrollo social sin una mayor participación laboral femenina.
Referencias
Aguilar-Gomez, S., Arceo-Gomez, E., & De la Cruz Toledo, E. (2019) Inside the Black Box of Child Penalties. In SSRN Electronic Journal.
Berger, M., & Black, D. (1992) Childcare subsidies, quality of care, and the labor supply of low-income, single mothers. The Review of Economics and Statistics, Vol. 74(No. 4), pp. 635-642.
Bloom, D., & Williamson, J. (1998) Demographic Transitions and Economic Miracles in Emerging Asia. World Bank Econmic Review, 12(3), 419-55.
Bloom, D., Canning, D., & Malaney, P. (2000). Demographic change and economic growth in Asia. Population and Development Review, 26, 257-290.
Bloom, D., Canning, D., Fink, G., & Finlay, J. (2009) Fertility, female labor force participation, and the demographic dividend. Journal of Economic Growth.
Bobonis, G. (2009) Is the Allocation of Resources within the Household Efficient? New Evidence from a Randomized Experiment. Journal of Political Economy, 117(3), 453
– 503.
Calderon, G. (2014) The effects of child care provision in Mexico. Banco de Mexico Working Papers.
Contreras, D., Puentes, E., & Bravo, D. (2012) Female Labor Supply and Child Care Supply in Chile. (U. o. Department of Economics, Red.) Working Paper SDT 370.
Cuberes, D., & Teigner, M. (2018) Macroeconomic costs of gender gaps in a model with entrepreneurship and household production: the case of Mexico. World Bank Group.
Duflo, E., & Udry, C. (2004) Intrahousehold Resource Allocation in Cote D’ivoire: Social Norms, Separate Accounts and Consumption Choices. NBER Working Paper no. 10498.
Goldin, C. (1995) The U-Shaped Female Labor Force Function in Economic Development and Economic History. NBER Working Paper (No. 4707).
Kahn, J., Garcia-Manglano, J., & Bianchi, S. (2014) The Motherhood Penalty at Midlife: Long-Term Effects of Children on Women’s Careers. Journal of Marriage and Family.
Kaplan, D., & Piras, C. (2019) Brechas de Género en el Mercado Laboral Mexicano: Comparaciones Internacionales y Recomendaciones de Política Pública. Revista de Economía Mexicana, 4, 138-165.
Kleven, H., Landais, C., Posch, J., Steinhauer, A., & Zweimüller, J. (2019) Child Penalties across Countries: Evidence and Explanations. AEA Papers and Proceedings, 109, 122–126.
Robinson, J. (2012). Limited Insurance Within the Household: Evidence from a Field Experiment in Kenya. American Economic Journal: Applied Economics, 4(4), 140- 164.
Saraceno, C. (2011) Childcare needs and childcare policies. A multidimensional issue.
Current Sociology, 59.