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Sistema de Pensiones para la movilidad social

Enrique Díaz-Infante Chapa*

Las pensiones son un componente esencial en la discusión sobre movilidad social, porque permiten que las personas gocen de una vejez digna y ayudan a contener la pérdida de bienestar socioeconómico en esa etapa de la vida. Además, el ahorro para el retiro acumulado en las AFORE impulsa la inversión y el crecimiento del país, con la consecuente generación de empleos. Sin embargo, en ausencia de una reforma fiscal, el pago de pensiones pagadas con recursos públicos representa un alto costo de oportunidad con impactos negativos en movilidad social.

Somos una población que está envejeciendo, que demanda recursos crecientes para su mantenimiento y que tiene una expectativa mayor de vida. Cada vez es menor el número de personas en edad laboral y mayor el de retiradas. Para 2050, las mujeres vivirán 86 años y los hombres 82, según la CONAPO. 

El cambio demográfico representa un reto para el sistema de pensiones del país, que enfrenta problemas de sostenibilidad, inequidad y fragmentación. Además, hay baja tasa de reemplazo y de cobertura que se han buscado resolver por la actual administración, aunque sin una reforma fiscal que haga sostenible al sistema, lo cual pudiera perjudicar la movilidad social si continúa la tendencia de recortar gastos a salud, educación e infraestructura para pagar pensiones. 

La cobertura pensionaria se buscó solucionar a principios de la administración con la universalización de pensiones mediante el Programa 65 y más, que inició el 1 de enero de 2019. En relación con la sostenibilidad del sistema, Aguirre en Pensiones, y ¿ahora qué? señala que en 2015 el pasivo actuarial era equivalente a 120% del PIB, pasivo que seguramente ha crecido de entonces a la fecha con las reformas recientes. El riesgo de que se hagan rescates del mismo por parte de la Federación por razones electorales, es real.

Asimismo, no se tiene la información suficiente que permita administrar debidamente el problema pensionario. No tenemos un inventario de los esquemas de pensiones, ni tampoco se conoce su nivel de fondeo e inversión de recursos, ni cómo están administrados. 

Para dimensionar el costo incremental que representa el pago de las pensiones para el Estado Mexicano, de acuerdo con el CIEP, el mismo equivalía en 2017 al 3.7% del PIB, en 2020 a 4.7%, en 2022 será de 5.2% y para 2024 será de 6.5% del PIB. Como referente, se estima que el país gasta en salud 2.5% del PIB, en educación 3.1% y en infraestructura 2.9%. Para pagar pensiones le estamos quitando recursos a la inversión en capital humano y físico en perjuicio del desarrollo, lo que representa una gran injusticia intergeneracional. 

Además, existe inequidad, porque el monto de las pensiones que reciben los trabajadores de paraestatales (PEMEX, IMSS, CFE, ISSSTE, LyFC, Ferronales) excede a las pensiones de la generación de transición y los de las AFORE.  

Un problema que preocupa al CEEY en materia pensionaria, es el de la cobertura limitada que tiene la población vulnerable conformada por mujeres y la población rural.  La falta de una economía de cuidados dificulta la inclusión de las mujeres al mercado laboral formal, pues generalmente son ellas quienes se encargan las labores de cuidado al interior del hogar. Tal situación se agravó aún más con la pandemia, pues fueron ellas quienes abandonaron el mercado laboral para hacerse cargo de los dependientes del hogar. Por lo mismo, no sorprende que ellas ahorren menos que los hombres para su retiro. Por lo que toca a la brecha urbano/rural, vemos que el porcentaje de personas que tiene AFORE es mucho mayor para habitantes de las zonas urbanas (47.4%) que por parte de los habitantes de zonas rurales (24.8%). 

Cambios recientes al sistema de pensiones

En este sexenio ha habido cambios positivos en materia pensionaria. Se mencionó el Programa de 65 mayores, cuyo monto aumentó de $580 a cerca de $1,300 pesos al mes. En las AFORE también han operado cambios para aumentar la tasa de reemplazo de las pensiones y ampliar la cobertura mediante un cambio normativo para subir incrementalmente ―en un plazo de 8 años a partir de 2023 y con cargo al patrón― el monto de las aportaciones obligatorias de 6.5% a 15% del salario base de cotización. También, desde el primer momento de 2023, empezaron a bajar las semanas de cotización de 1,250 a 750, que después irán aumentando paulatinamente en el lapso de 8 años a 1,000 semanas de cotización. Además, se mantendrá la edad de retiro por cesantía en 60 años con el fin de gozar una pensión mínima garantizada de alrededor de $4,345 pesos mensuales y se focalizó la cuota social, aportada por el gobierno, para concentrarse en los sueldos que van de un salario mínimo hasta 4 UMA’s. 

Otro cambio realizado fue reducir el monto de las comisiones que cobran las AFORE. A partir de 2022, las comisiones tienen un tope máximo de .57% del saldo administrado, conforme a la normatividad aprobada por la CONSAR en el artículo 37 de la Ley de los SAR. En esta misma dirección, se tomó la decisión de eliminar a los promotores de pensión, lo que permitió optimizar costos. 

Tales cambios aumentan el monto de las pensiones, amplían la cobertura y mejoran la tasa de reemplazo. No obstante, al no venir acompañados de una reforma fiscal, pudieran ahondar los problemas de sostenibilidad del componente asistencial y del componente de beneficios definidos (BD). Para el caso de las reformas al componente de contribuciones definidas (CD), pudieran impactar negativamente a la movilidad social, porque aumentar el costo de contratar empleados inscritos al IMSS, con cargo exclusivo y obligatorio a las aportaciones patronales, pudiera estar incentivando la precarización e informalidad laboral.

Propuestas de solución

El CEEY ha propuesto algunas soluciones de fondo al problema pensionario, como establecer un sistema de seguridad social universal fondeado con impuestos generales que brinde una pensión mínima de vejez a todos los jubilados, que funcione en complemento con las AFORE y los seguros dotales para disminuir el gasto en salud de los jubilados. También se ha destacado la necesidad de crear una ley de pensiones y un Instituto de Pensiones que otorgue institucionalidad y gobernanza a todo el sistema, que diseñe los cambios al mismo y que coordine su administración. El CEEY también considera indispensable hacer un inventario de todos los esquemas pensionarios y calcular su déficit actuarial, con el fin de conocer a fondo el problema del pasivo pensionario y poder tomar medidas para administrarlo. 

Además, se requiere blindar legalmente el gasto público en educación, salud e infraestructura a fin de que no se utilicen estos recursos para pagar pensiones y así evitar se afecte el crecimiento incluyente con movilidad social del país. También, el CEEY ha propuesto crear un Sistema Nacional de Cuidados con el fin de incorporar a las mujeres al mercado laboral, en vez de cuidar exclusivamente a los dependientes del hogar, y así logren alcanzar las semanas de cotización requeridas para pensionarse. La solución demanda incorporar a los autoempleados al esquema de pensiones de cuentas individuales, y promover el ahorro voluntario entre los trabajadores mediante campañas que destaquen la importancia de que estén inscritos en el IMSS en la modalidad 34 o 40. 

Resolver el problema de las pensiones que dan las AFORE requiere el asesoramiento a los trabajadores en torno al monto de ahorro voluntario que deben realizar para alcanzar una pensión objetivo, o para poder adquirir, con una aseguradora, un seguro de renta vitalicia con el ahorro acumulado. También debe crearse un seguro de desempleo que mitigue el uso del ahorro para el retiro en caso de desempleo. El CEEY aboga por impulsar cambios en las comisiones que cobran las AFORE para determinarlas con base en los rendimientos que generan y no con base en activos administrados, para así alinear los incentivos de los accionistas con los del trabajador. Y, por supuesto, por impulsar una mayor competencia en el mercado de las AFORE y una mayor educación financiera para que los ahorradores apliquen mecanismos de disciplina de mercado, buscando una AFORE más competitiva en rendimiento y comisión. También, para que tomen conciencia de la importancia de que se ocupen en mejorar el monto de su ahorro para el retiro, desde temprana edad y no cuando ya están en una edad cercana al retiro.

*Director de Sistema Financiero del CEEY. Columna publicada en Nexos el 1 de marzo de 2023.