La movilidad social y las mujeres
Julio Serrano*
Son muchos los retos que enfrentan las mujeres en México (y en todo el mundo): desde violencia hasta discriminación. Quisiera hablar de uno que se menciona muy poco: falta de movilidad social.
La movilidad social es fundamental para alcanzar nuestro potencial y superar nuestra condición socioeconómica de origen. Ya de entrada es muy baja en los extremos para todos los mexicanos. Nacer en un hogar muy pobre es casi una sentencia de vida: tres cuartas partes no logran escapar de la pobreza en la edad adulta.
Pero las mujeres enfrentan una situación más complicada que los hombres, de acuerdo con estudios del CEEY, institución con la que colaboro. Es más difícil para una mujer mexicana pobre mejorar su situación de origen que para un hombre. En el otro extremo, es más fácil para una mujer mexicana rica empeorar su situación de origen que para un hombre. En otras palabras, en ambos casos las mujeres están peor que los hombres.
Sin embargo, soy optimista de que la movilidad social de las mujeres mejore en el futuro. La economía del mundo depende cada vez más del conocimiento, no de la fuerza física, lo que les favorecerá. La educación es la clave del conocimiento y el principal detonador de movilidad social. A diferencia de otras generaciones, las mujeres hoy están mejor preparadas que los hombres, y todo indica que su ventaja solo crecerá con el tiempo.
De acuerdo con la OCDE, más mujeres jóvenes cuentan con un título de educación superior en México (24%) que hombres jóvenes (23%). Esta relación es aún más marcada en los países miembros de la OCDE (cuyo promedio es 51% para mujeres jóvenes y 39% para hombres jóvenes), por lo que si seguimos este patrón podemos anticipar que el sesgo a favor de las mujeres aumente. Las bases están puestas. Tanto la matrícula de educación media superior como la de superior cuentan con más mujeres que hombres en nuestro país.
El problema es que, por el momento, la mayor educación superior de las mujeres no se está traduciendo en mejores sueldos en México. Según la OCDE, ganan 25% menos que los hombres con la misma preparación académica. Evidentemente existen razones de discriminación y estereotipos de genero para explicar esta diferencia. Pero también hay otros factores, como el tipo de carrera que escogen. Los hombres tienden a seleccionar carreras como ingeniería y computación, mientras que las mujeres optan por humanidades y artes. Las primeras suelen estar mejor pagadas que las segundas.
Las mujeres tampoco han logrado penetrar lo suficiente las altas esferas corporativas del país. De las empresas que cotizan en la BMV, menos de uno de cada 10 consejeros es mujer. Apenas 3% de los presidentes del consejo son mujeres. Esto es una pena no solo para ellas, sino para las empresas que se pierden de una perspectiva diversa a la hora de tomar decisiones estratégicas.
Para que las mujeres logren aumentar su movilidad social las empresas tienen un papel fundamental que jugar.
*Integrante del Consejo Directivo del CEEY. Correo: [email protected]. Columna publicada originalmente en Milenio el 10 de marzo de 2022.