Elecciones en México: la persistencia de la pobreza

Enfrentar y eliminar las causas de la pobreza es un tópico recurrente en las campañas para las elecciones en México desde siempre, pero esta meta no se ha podido alcanzar – en prácticamente todo el planeta – por diversas razones.

El estudio de la movilidad social nos permite ver ahora diferentes componentes de los procesos que inciden en la persistencia de la pobreza y de ahí podemos derivar políticas y estrategias más efectivas para mitigarla y finalmente erradicarla. La transmisión de las condiciones socioeconómicas de padres a hijos y la creciente brecha en la desigualdad de oportunidades, combinadas dentro de un contexto de bajo crecimiento económico, generan trampas de pobreza y círculos viciosos difíciles de eludir.

Las muchas caras de la pobreza

Aun cuando normalmente asociamos a la pobreza exclusivamente con una situación de ingresos insuficientes para subsistir, por debajo de un umbral determinado, en realidad ésta tiene una naturaleza multidimensional que se complica aún más por diversos factores humanos que afectan a la percepción de las circunstancias y por ende al comportamiento de las personas en situación de pobreza. Las privaciones en una o más de las diferentes dimensiones de nuestras vidas pueden ser un indicador de pobreza, aun cuando las demás se encuentren adecuadamente cubiertas.

En el libro de la OCDE From Aid to Development: The Global Fight against Poverty (De la ayuda al desarrollo: la lucha global contra la pobreza, OCDE 2012) se sugieren las siguientes dimensiones centrales de la pobreza:

  • Económica: la capacidad de tener ingresos suficientes y acceso a otros recursos económicos.
  • De bienestar: salud, educación, alimentación, agua potable y vivienda.
  • Política: libertad, justicia, representatividad y respeto a los derechos humanos.
  • Sociocultural: participación en la comunidad sin discriminación, dignidad e inclusión.
  • De capacidad de protección: resistir embates económicos por enfermedad, guerra, crimen o destitución.

No es difícil ver cómo estas dimensiones están relacionadas a la desigualdad de oportunidades y a la movilidad social. La persistencia de la desigualdad en cualquiera de los puntos anteriores generará de manera automática un proceso de persistencia de la pobreza, incidiendo en un estancamiento de las personas en su estado socioeconómico.

“Un país rico lleno de pobres”

Al igual que muchos otros países, México es un país en el que la situación de la economía nacional no refleja la situación particular de los individuos. La brecha entre los estratos más altos y los más bajos se ha incrementado y los beneficios del crecimiento económico no han alcanzado a la mayor parte de la población, alimentando y perpetuando el ciclo de la pobreza intergeneracional.

Esta desigualdad tiene adicionalmente un efecto pernicioso en la percepción de exclusión y falta de empoderamiento de las personas en situación de pobreza, orillándolos a tomar decisiones inadecuadas para su desarrollo futuro y riesgos innecesarios con el propósito de mejorar su situación en el corto plazo, con resultados negativos en muchos casos. El desarrollo de una “cultura de la pobreza” – que continúa siendo motivo de debate – en la que los individuos ajustan su comportamiento con base en una mentalidad pesimista y una sensación de impotencia para cambiar sus condiciones, es otro factor que influye en una parálisis de la movilidad social.

La permanencia de la pobreza no podrá erradicarse mientras no se atienda la desigualdad de oportunidades y los múltiples factores que impiden el movimiento ascendente de los individuos en su condición socioeconómica y frenan la justicia y el desarrollo social en nuestro país.

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2018-07-16T10:19:54-05:00