La exclusión financiera de la mujer y la justicia social en México
La desigualdad de oportunidades entre hombres y mujeres continúa siendo un obstáculo para alcanzar la justicia social en México y el bienestar de la sociedad. En lo que respecta al acceso a productos financieros, si bien la brecha de género se ha reducido en nuestro país, aún no se ha cerrado y existen diferencias notorias dependiendo de la región que se observe.
Brecha de género y mecanismos de eliminación
El Reporte Nacional de Inclusión Financiera 2017 indica que se han logrado avances significativos en el acceso de las mujeres a los productos financieros, en particular en áreas rurales. De 2012-2015, el indicador de la tenencia de al menos un producto financiero cambió de la siguiente forma: un aumento de 13 puntos porcentuales para la mujer, mientras que la cifra del hombre subió 11 puntos. Por otro lado, el porcentaje de mujeres que tienen al menos un producto financiero en zonas urbanas pasó de 61% a 70% y en zonas rurales este indicador aumentó casi 20 puntos. Aun así, el acceso financiero sigue estando relativamente restringido para la mujer en ciertos casos y se combina con factores negativos como la mayor participación de la mujer en la economía informal o su baja participación en mecanismos formales de ahorro, incluido aquel para el retiro. Para explicar esta brecha debemos considerar el efecto de los factores sociales y culturales propios de nuestra sociedad, tales como el machismo, y su impacto en las decisiones de los individuos, que hacen necesario el diseño de políticas y mecanismos específicos para la reducción de estas brechas.
Sin embargo, cuando integramos las brechas existentes en diferentes dimensiones, como el mercado laboral o el acceso a la protección social, queda clara la necesidad de eliminar cualquier causa de exclusión financiera de la mujer y de esa manera amortiguar en lo posible el impacto de la desigualdad. Y es que la brecha de género en la inclusión financiera presenta muchas variaciones dependiendo de la región, el producto o el uso que se le dé a este último.
Para eliminar dicha brecha de género, se deben aprovechar las ventajas que ofrece el desarrollo tecnológico, especialmente el uso de aplicaciones de banca para dispositivos móviles, lo cual le facilitaría a la mujer la oportunidad de acceder al mercado financiero. De igual manera, automatizar el ingreso de nómina o las transacciones que regularmente se realizan en efectivo a través de una cuenta bancaria contribuiría a la inclusión financiera y la reducción de las brechas. El acceso a una cuenta de banco a través de internet, ya sea por medio de un teléfono celular o una computadora, ha tenido un efecto positivo en la bancarización de las personas. Sin embargo, aún existe una brecha de género notoria entre los usuarios de la banca por internet y por celular, así como una marcada diferencia en el uso de este producto dependiendo del tamaño de la comunidad.
Dado que el bajo ingreso es posiblemente el principal factor en la exclusión financiera, la atención que se le dé a la eliminación de la discriminación laboral de las mujeres es primordial. Así, dar a la mujer la capacidad para acceder al mercado mercado laboral, y a la par al mercado formal financiero para que pueda ahorrar, contar con activos y tener el control de sus recursos, dará un importante impulso a la movilidad y a la justicia social en México.