Igualdad de oportunidades en México: movilidad educativa regional

Para alcanzar la igualdad de oportunidades en México, es necesario equilibrar los niveles de desarrollo en las diferentes dimensiones de la movilidad social a lo largo de las distintas regiones del país.

Ahora, gracias a los resultados de la Encuesta ESRU de Movilidad Social en México 2017 (ESRU-EMOVI 2017), contamos con una imagen más detallada de cómo están las oportunidades, a nivel regional, para poder acceder al sistema educativo.

Movilidad de corto alcance

En términos generales y a nivel nacional, la movilidad educativa ha tenido cierto progreso, particularmente, en los estratos socioeconómicos más bajos. Los hijos, aunque han podido superar los niveles educativos de sus padres, lo han hecho de manera limitada: más de la mitad de las personas que superaron el grado de estudios de sus padres, solo concluyeron la primaria. Por otro lado, las oportunidades de alcanzar los niveles medio y medio superior son mucho mayores para aquellos cuyos padres cuentan con estudios universitarios: 9 de cada 10 logran esta meta.

Lo anterior hace notoria la brecha de desigualdad que existe en el acceso a oportunidades y el gran peso que tienen las condiciones de origen en el desarrollo de las personas en nuestro país. De los hijos de padres sin estudios, solo el 5% logra terminar una licenciatura. Como es de esperarse, el posterior acceso a un trabajo digno también resulta improbable.

Sin embargo, no todas las regiones se encuentran en la misma circunstancia: entre los mexicanos cuyos padres no estudiaron, la movilidad educativa ascendente es mayor para quienes crecieron en las regiones más prósperas del país (norte o centro-norte). Por otra parte, los contrastes entre las personas que tienen padres con estudios universitarios y el resto de la población reflejan grandes diferencias en la movilidad educativa para llegar al estrato más alto. Por ejemplo, solo 8 % de la población de la región sur, cuyos padres tienen al menos primaria, terminan una carrera; mientras que, en esta región, los hijos de padres profesionistas alcanzan la educación superior a una tasa siete veces mayor. Estos contrastes se observan también en el resto de las regiones del país.

En una sociedad en la cual el sistema de educación funciona correctamente, es decir, se ofrece a toda la población la oportunidad de alcanzar un nivel y una calidad similares, la educación de los padres no es el principal determinante de la educación de los hijos. Sin embargo, en México, para la educación preparatoria y todavía de manera más importante para la educación superior, el origen sí condiciona el logro educativo.