Foto: Aristegui Noticias

Circo sin pan

El espectáculo que se ha generado en torno a las declaraciones de Emilio Lozoya está manteniendo muy entretenida a la gente. El ex director de Pemex ha involucrado a prácticamente los políticos más prominentes de los últimos años. No importa el partido político ni la jerarquía, no ha dejado títere con cabeza. 

Las acusaciones de Lozoya están dominando los medios y las redes sociales. Es entendible. La gente está harta de la corrupción y sedienta de justicia. De hecho, gran parte de la razón por la que López Obrador ganó la Presidencia fue por el hartazgo popular. Ver que se está atacando la impunidad es justo lo que la mayoría de la población quiere ver. 

No importa que, por lo menos hasta el momento, las consecuencias sean más mediáticas que reales: ninguno de los altos funcionarios que ha nombrado Lozoya ha pisado la cárcel. Lo relevante es que el tema está dominando la atención de los mexicanos. Entre más espectaculares las revelaciones y más poderosos los acusados, mayor el interés. El Presidente, por supuesto, no tiene problema en alimentar lo más posible la vorágine. Qué mejor que la gente mantenga estas imágenes en su cabeza hasta las elecciones de 2021.

Donde se le complican las cosas a López Obrador es en la parte del pan. Se estima que este año la economía se contraiga 10%, el peor resultado en casi un siglo. Cientos de miles de empresas han cerrado y millones de personas han perdido su empleo. El Coneval anticipa que este año más de 10 millones de mexicanos entrarán en pobreza extrema, es decir, que no tendrán suficientes ingresos para adquirir la canasta alimentaria. 

Y no solo estamos viviendo una severa crisis económica. Más de 60 mil personas han muerto por culpa del coronavirus. La inseguridad ha alcanzado niveles alarmantes. Hace apenas unas semanas que el gobierno de Estados Unidos emitió el máximo nivel de alerta a sus ciudadanos que piensan viajar a México. 

Es importante reconocer que buena parte de los males que afligen a nuestro país no son culpa del Presidente. El coronavirus vino a desquiciar las economías y la salud de todo el mundo, no solo de México. Las semillas de la inseguridad que estamos viviendo se sembraron desde hace tiempo. También hay que conceder que López Obrador ha impulsado una serie de programas para mitigar el impacto de la crisis en los más desprotegidos y que la situación está empezando a mejorar, aunque sea un poco. 

Pero la realidad es que fuera de los reflectores del circo de Lozoya la situación es muy complicada. Mucha gente está sufriendo. Hay quienes no tienen qué comer. ¿Será suficiente el circo para compensar las malas noticias que hay en tantos frentes? Lo sabremos en las elecciones de 2021. Por lo pronto, López Obrador, actuando como maestro de ceremonias, continúa manteniendo un relativo alto nivel de popularidad pese a la situación adversa. 

* Consejo Directivo del CEEY. Correo: [email protected]. Columna publicada en Milenio el 27 de agosto 2020.

2020-08-27T12:15:36-05:00