El Sistema de Pensiones en México: un limitante de la movilidad social
Proteger a la población contra la inseguridad económica y prevenir la pobreza en adultos mayores son objetivos del sistema de pensiones en México, sin embargo, estos objetivos no se han alcanzado por diversas razones, afectando a la movilidad intergeneracional en nuestro país.
Esta situación no es exclusiva de México; de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cerca de la mitad de los adultos en edad de jubilación alrededor del mundo no reciben pensión alguna, y la cobertura de aquellos que sí la reciben es insuficiente en muchos casos. De igual manera, la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social levantada en 2013 reporta que en México solo el 26% de los adultos mayores recibían una pensión en ese año.
Un sistema con problemas múltiples
El sistema de pensiones en México es un sistema heterogéneo y fragmentado, con una dualidad de esquemas y un financiamiento inadecuado que, aunado a una cobertura deficiente y una baja tasa de reemplazo, incide en la persistencia de la pobreza aun en aquellos que cuentan con una pensión.
La tasa de reemplazo – la relación entre el monto de la pensión recibida y el salario antes de esta – en México es la segunda más baja entre los países de la OCDE (OCDE 2017), debido principalmente a las bajas aportaciones de los trabajadores. Para dar solución a esta situación se requeriría llevar a cabo modificaciones en los sistemas de ahorro para el retiro y así poder elevar el monto de las aportaciones sin afectar a la formalidad. En el reporte El México del 2013. Propuesta para una Pensión Universal se analizan las condiciones del sistema y se presentan recomendaciones que permitirían integrar los programas existentes, ampliar la cobertura y hacer al sistema más eficiente en términos generales.
La movilidad de la población económicamente activa entre el empleo formal y el informal es un obstáculo para que esta pueda tener acceso a una pensión, debido a la baja densidad de cotización, particularmente en una sociedad en la que la cultura del ahorro es pobre y la inclusión financiera es deficiente. Las personas imposibilitadas para desarrollar un trabajo o que ya han llegado a la edad de jubilación se encuentran en una condición aún más difícil, ya que requieren ayuda inmediata del Estado o de sus familiares. Esta situación se complica si tomamos en cuenta el crecimiento de la población de 60 años y más, que pasará de 13 millones en 2017 a cerca de 40 millones para el año 2050, cuando los jóvenes que hoy están ingresando al mercado laboral se encuentren en edad de jubilación.
El sistema de pensiones requiere ser reformado en su estructura, financiamiento, administración y cobertura para dejar de contribuir a la persistencia de la desigualdad y ser una limitante a la movilidad social en México. Tal como se discute en El México del 2018. Movilidad social para el bienestar, dichos cambios al sistema de pensiones deben realizarse en el marco de una reforma más amplia, que establezca un sistema de Seguridad Social Universal en nuestro país.