El tono de piel y la discriminación en México
Montserrat Pestana Rojas
Participante en la XI Escuela de Verano sobre Movilidad Social
El 21 de febrero de 2019 en portada de la revista Hola se nos presentaba una Yalitza Aparicio más clara, delgada y alta, para concluir extraña, pues la forma en que se abusó del photoshop es obvia. Lectores felicitaron a la revista, otros la criticaron pues la raíces de la actriz se ocultaban. Como se mencionó en las presentaciones de la XI Escuela de Verano sobre Movilidad Social del CEEY, las revistas venden cierto perfil por ser el más comprado, pero entonces ¿quién indica el estereotipo de la mexicana real y exitosa, los compradores o los medios?
Un vistazo rápido a las películas y novelas mexicanas nos muestran que el pobre es moreno, el rico es claro, el ratero es «prieto», el empresario «güero». Pero veamos los papeles de las mujeres: la mayoría de las rubias son exitosas o ricas ya sea por mérito o matrimonio, las de tez más oscura son del servicio doméstico o la amiga pobre, la empresaria y la jefa tienen que ser forzosamente de tez clara y aquellas que tienen el cabello oscuro son las bonitas que tuvieron un golpe de suerte para llegar al puesto; y bueno, ¿cuántas actrices en las telenovelas mexicanas son como Yalitza de ascendencia mixteca? La respuesta es 7, son contadas estas actrices y 5 de ellas no salieron en la televisión mexicana, sino que brincaron directamente a Hollywood representando de primera mano papeles históricos.
Pero retomando a la ahora columnista, en una entrevista publicada por la página de Facebook Vo Play en 2020 (con 96,898 reacciones donde 1,712 son me divierte) se leen comentarios como «india, gata, prieta, sin talento, fea, negra, ignorante, sirvienta», denotando cómo a pesar de ser profesionista por su físico se sigue considerando que debería estar en un decil económico más bajo, lo que al parecer ofende aún, pues sale del estigma social. La situación anterior deja en claro cómo la sociedad contribuye a reproducir estereotipos, pues una profesora tiene el físico de Martha Higareda, pero no el de Yalitza Aparicio, porque la empresaria es como Edith González y no como Nancy García. Incluso los estereotipos tienen un rol importante en las contrataciones laborales en México, donde nos topamos con cuestionamientos sobre nuestro peso, nuestro físico y nuestro estado civil.
Por experiencia me tocó escuchar la frase de arréglate para el puesto que quieres, donde se me cuestionó el color de mi cabello y si estaba dispuesta a modificar mi peso ya que la gente delgada es exitosa. Basta mencionar que soy talla 32 y lo que me pedían era una talla de «modelo», no bastaba con ser una profesional que ayudaría a iniciar una empresa, sino que mi físico tendría que ser aceptado por ellos.
Aunado a lo anterior, debemos encontrarnos en la familia con la típica frase «mejorar la raza cuando te casas con un güero», siendo la connotación del estándar de belleza mexicano, pues se aspira a aclarar nuestra piel para asegurar éxito y no se equivocan: el 60 % de las personas con piel clara tienen puestos altos (Revista Nexos, Alice Krozer, 2019); por lo que asociar el triunfo económico con nuestro color de piel es razonable.
Finalmente, los medios de comunicación no contribuyen a cambiar esta situación, por el contrario, incrementan este hecho al photoshopear a las mujeres mexicanas y no contratar una mayor diversidad para sus papeles aspiracionales, pero como dice Laura Harrier en su papel como la aspirante negra a actriz, Camille Washington, en la serie Hollywood de Netlflix «interpretaré un papel que me hubiese gustado ver cuando niña porque eso me haría pensar que ver alguien negra como protagonista me hubiese hecho creer que yo también puedo».