Extinguiendo Fideicomisos y Democracia

Enrique Díaz-Infante Chapa*

Las democracias requieren de una sociedad civil fuerte y activa que participe en la toma de decisiones. También requieren de contrapesos institucionales. Extinguir 109 fideicomisos enfocados a ciencia, tecnología, cultura y desastres naturales, no es una decisión que responda meramente a una racionalidad económica presupuestal, sino a una política. La misma busca debilitar a la sociedad civil y a los gobiernos subnacionales y así abonar al proyecto de concentración de poder del Presidente.

 

Entre los Fideicomisos que desaparecerán -una vez que el Senado apruebe el dictamen de reforma a 18 ordenamientos- está el Fondo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, el Fideicomiso Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine) y los fideicomisos de Ciencia y Tecnología de CONACYT. Asimismo, se pretende desaparecer el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), entre otros. Es decir, se extinguirán vehículos financieros que atienden necesidades de sectores de la sociedad civil y de gobiernos subnacionales –que son de interés público- en materia de justicia, seguridad, conocimiento, cultura, desastres naturales y avance a la movilidad social, entre otros. En contrapartida, se fortalecen fideicomisos de apoyo al Ejercito y al sindicato de maestros (SNTE). 

 

Muchos de los Fideicomisos que el Presidente y sus legisladores pretenden extinguir, son vehículos financieros que facilitan la participación ciudadana en la generación más eficiente de bienes públicos. También, permiten asegurar el financiamiento de dichos bienes en el tiempo, para su logro exitoso. Asimismo, ayudan a la obtención de recursos económicos adicionales por parte de diferentes instancias privadas y sociales interesadas que logren cumplir su objetivo. El proceso de generación de estos bienes y su logro mismo, fortalecen el desarrollo y la democracia.

Sin embargo, para el Presidente López Obrador, defender los Fideicomisos es defender la corrupción. Ha dicho que quienes están a favor de ellos “les debería de dar vergüenza, deberían de ofrecer hasta disculpa … enseñan el cobre defendiendo lo indefendible.  ¿Qué pueden estar preocupados si deportistas, artistas, escritores, investigadores están recibiendo apoyos? Lo van a seguir recibiendo” (Conferencia “Mañanera” del 141020). Claramente, el Presidente no entiende cómo funcionan estos instrumentos financieros y para qué sirven. O si lo entiende, los encuentra en conflicto con sus fines de concentración de poder. 

El objeto de los fideicomisos es separar un recurso en un patrimonio diverso, que es administrado por una institución financiera conforme al objeto del contrato y a favor de los beneficiarios (fideicomisarios). Esto asegura el financiamiento en el tiempo de los fines del fideicomiso, gracias a que se salvan restricciones administrativas de índole temporal en el manejo del presupuesto público. El cumplimiento del objeto de estos es de interés general para la sociedad, pues ayudan a avanzar diversos derechos fundamentales, tales como la libertad de expresión, el derecho a la información, la educación de calidad y la generación de conocimiento, entre otros.

 

Pero es difícil creer que esta medida –como ha sostenido el Presidente- es meramente presupuestal y de combate a la corrupción. La misma pareciera tener un trasfondo electoral. El objetivo político de AMLO es debilitar a ciertos sectores de la sociedad civil que pudieran significarle contrapeso a su poder. Con la extinción propuesta obligará a los beneficiarios de estos recursos, a mendigarle directamente, año con año, su apoyo presupuestal y así, convertirlos en sus clientelas electorales. En el caso de los gobiernos subnacionales opositores, vía la desaparición del FONDEN, busca debilitarlos para lograr su sumisión,   

 

Pero no sólo es revelador de las intenciones autoritarias del Presidente la relación de Fideicomisos que elimina, sino también la de aquellos que mantiene y ha venido fortaleciendo. Tal es el caso de los fideicomisos para apoyo al Ejercito y al Sindicato de Maestros (SNTE). Ambas instancias le son útiles en su proyecto de concentración de poder y por lo mismo, no se propone su extinción. 

 

En suma, que la decisión presidencial de extinguir los fideicomisos, más que una de índole presupuestal para enfrentar la crisis económica actual, lo es política para fortalecer su poder y debilitar la democracia.

 

* Investigador del CEEY

Twitter: @ediazinfante

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2020-10-21T13:52:48-05:00