Justicia social en México: el reconocimiento del esfuerzo

Cuando los frutos de nuestros esfuerzos se ven afectados por factores externos, la justicia social en México se ve de igual manera afectada, ya que esto refleja una desigualdad de oportunidades.

Las circunstancias tienen un efecto natural en el desarrollo de las personas y en los resultados económicos que obtendrán en su vida adulta; cuando esas circunstancias representan una desventaja impuesta por la situación de origen, la equidad y la justicia están siendo vulneradas.

La igualdad de oportunidades no implica igualdad de resultados

De acuerdo con el Informe de movilidad social en México 2019: Hacia la igualdad regional de oportunidades (próximo a publicarse), México es un país con baja movilidad social, en el que el peso del hogar de origen —entre otros factores— influye de manera importante en el desempeño de las personas, en este escenario los esfuerzos no son adecuadamente recompensados pues los individuos no tienen garantizadas las oportunidades necesarias para desarrollar su potencial. Las circunstancias que nos rodean desde el nacimiento, ya sea por motivos de herencia o de las condiciones socioeconómicas de nuestros padres, o por el entorno mismo, tendrán un impacto en el acceso a nuestras oportunidades, y a esto debemos sumar nuestras aspiraciones y las expectativas que nos formemos en torno a ellas.

El desarrollo del capital humano está sujeto a una gran variedad de elementos influyentes, muchos de ellos externos y sobre los que no tenemos capacidad de manejo, que se encuentran fuera de nuestro ámbito de control directo. Cuando estos elementos generan desigualdad de oportunidades, los logros obtenidos por las personas no reflejan el esfuerzo realizado para conseguirlos ni la inversión de recursos que se llevó a cabo para tal efecto. Esto no solo tiene un impacto negativo en la percepción de los individuos acerca de la justicia social, sino que también presenta un obstáculo para el crecimiento económico y contribuye a la persistencia de la pobreza.

Ahora bien, bajo circunstancias de igualdad de oportunidades, los resultados alcanzados por las personas deben estar ligados a sus esfuerzos individuales, sin dejar de considerar que es natural que exista una cierta transmisión de beneficios de padres a hijos. Lo que se busca es que las metas y los resultados de las personas no se vean de alguna manera predeterminados por su situación de origen, sino que sean consecuencia de su trabajo y empeño, su involucramiento y su participación responsable, y la libertad para perseguir sus aspiraciones.

Esto lo podremos lograr al implementar políticas públicas orientadas a combatir la desigualdad desde sus orígenes, tomando en cuenta que esta se puede presentar en todas aquellas circunstancias que afectan los procesos de desarrollo de las personas desde su nacimiento: género, color de piel, nivel socioeconómico de los padres, acceso a la educación y a los sistemas de salud y seguridad social, etc., y de esa manera sentar las bases para impulsar la justicia social en México a través del reconocimiento al esfuerzo de los individuos.