Determinar el nivel de justicia social en México requiere que se revisen las condiciones de desigualdad y los procesos que están en operación con el fin de equilibrar la balanza de las oportunidades de desarrollo en nuestro país.

La baja movilidad social que actualmente experimentamos señala la existencia de brechas socioeconómicas que generan una percepción de injusticia que va más allá de la situación real, afectando así a las aspiraciones de las personas para alcanzar los niveles de bienestar que anhelan.

La situación mexicana

Si bien no existe un consenso definitivo para una definición pertinente y objetiva del concepto ‘justicia social’, podemos basarnos en aquellas dimensiones que son susceptibles a mejorarse para reducir la desigualdad en el acceso a las oportunidades de desarrollo de la sociedad: la más relevante en este caso es la pobreza. De acuerdo a los estándares y las mediciones realizadas por el CONEVAL, más de 9 millones de personas se encontraban en situación de pobreza extrema, y otros 44 millones en condiciones de pobreza moderada en 2016.

Por lo que toca a los sistemas de salud y seguridad social, la cobertura de estos aún es baja y el acceso a los servicios es heterogéneo y complicado, particularmente por la informalidad laboral. Según datos del CEEY, solo el 37% de la población ocupada cuenta con algún tipo de cobertura de seguridad social. Cabe destacar que en lo que se refiere a los servicios de salud, México cuenta con uno de los mejores programas de vacunación infantil del mundo, pero en los últimos años se ha visto afectado por la disponibilidad de los insumos necesarios.

En el tema de la educación se han tenido algunos logros importantes pero continúa existiendo un rezago importante. Los indicadores de desempeño escolar siguen mostrando deficiencias en el sistema y aun cuando el acceso a la educación se ha extendido, las cifras del CONEVAL muestran que había más de 21 millones de personas en situación de rezago educativo en 2016. También es de suma importancia impulsar e implementar programas de capacitación a docentes y reestructurar la asignación de recursos al sistema educativo para elevar la calidad de la educación en todos los niveles.

Con respecto a las oportunidades de empleo, el problema de la informalidad sigue presente en combinación con la ausencia de suficientes empleos de calidad. A pesar de que la tasa de desocupación en el segundo trimestre de 2018 es del 3.4% de la población económicamente activa, la tasa de informalidad laboral continúa siendo elevada: 56.9% de la PEA.

El tema de la justicia social en México es multifactorial y complejo, y aunque existe progreso en algunas áreas, otras continúan en situación de rezago y desatención. No podremos decir que en nuestro país existe la justicia social en un sentido amplio mientras no se eliminen los factores que inciden en la generación y la persistencia de las desigualdades, lo que no solo es cuestión de equidad sino de sostenibilidad. Las brechas socioeconómicas promueven la ineficiencia e impactan negativamente a la productividad, causando a la vez un bajo desarrollo económico y social.

¿Qué es la movilidad social y por
qué debe importarte?

¿Quieres saber cuáles son los verdaderos problemas
de nuestro país? Descarga el libro gratuito
El México del 2018: Movilidad social para el bienestar

DESCARGAR

2018-09-22T12:16:56-05:00