La barrera en la movilidad social causada por la COVID-19

Tonatiuh Cruz Herrera

Participante en la XI Escuela de Verano sobre Movilidad Social

La pandemia de la COVID-19 ha impactado radicalmente la vida de las personas. Los efectos van desde la simple convivencia y comunicación entre nosotros hasta los efectos en los sistemas de salud, de economía y de educación, por mencionar algunos. Más allá de los efectos a corto plazo, es fundamental reconocer aquellos efectos a mediano y a largo plazo que esta pandemia provocará.

Un claro ejemplo de lo anterior son los efectos en la educación, la cual es una variable primordial para la movilidad social (Torche 2015), pues un mayor nivel educativo genera mayores retornos en ingresos futuros, los cuales podrán invertirse en mejorar la educación de sus hijos, así como resultados no pecuniarios como mayor salud, seguridad, longevidad, entre otros. No obstante, en México pareciera ser que este argumento no tiene sentido para el gobierno debido a la persistente desigualdad ex ante y desigualdad ex post.

Por un lado, existe desigualdad ex ante (desigualdad de oportunidades) ya que en México desde una edad muy temprana las niñas y niños de diferentes estratos sociales tienen grupos de elecciones diferentes, lo que genera una brecha entre las posibilidades que pueden alcanzar cada grupo social. Si bien han existido propuestas educativas para disminuir estas brechas, hay un patrón en el cual la expansión en el sistema educativo no genera nuevas oportunidades para los niños que se encontraban en desventaja educativa, lo cual en lugar de disminuir la brecha, la aumenta.

Por otro lado, en México es cierto que un mayor nivel educativo aumenta la probabilidad de conseguir un mejor empleo; pero también es cierto que debido a la desigualdad ex post (desigualdad de resultados) del país, existe discriminación en el mercado laboral, donde personas que tienen el mismo nivel educativo y el mismo esfuerzo obtienen diferentes trabajos debido a sus características de origen, físicas o económicas. De acuerdo con Becerra et al. (2018), el 23.3 % de la población inactiva que quisiera trabajar, no lo puede hacer a causa de la discriminación, lo cual puede llegar a generar un desincentivo para que las personas continúen su preparación.

La pandemia de la COVID-19 provocará efectos negativos en la dimensión educativa, debido a que aumenta la desigualdad ex ante a causa de los obstáculos educativos que algunos de los estudiantes enfrentan durante esta crisis. Con la pandemia, algunos estudiantes han seguido los cursos desde sus casas mediante clases en línea, pero algunos otros no han podido seguir el curso debido a sus condiciones de vida. Lo cual genera un gran obstáculo a corto plazo que puede tener grandes consecuencias en el desarrollo cognitivo de estos estudiantes en el largo plazo, además está provocando mayor deserción escolar al no poder reintegrarse posteriormente a la escuela. Esto aunado a los desincentivos que provoca la desigualdad ex post, generará una barrera para la movilidad social del país.

Por lo cual, el grupo de posibilidades para estos estudiantes disminuye, lo que aumenta la desigualdad de oportunidades. Así pues, es importante desarrollar políticas públicas integrales enfocadas en disminuir la desigualdad de oportunidades educativas. Políticas que busquen y apoyen a los estudiantes más propensos a ser afectados, estudiantes que no pueden seguir los cursos, que antes de la pandemia ya se encontraban en riesgo de abandonar la escuela o tenían menos oportunidades que otros estudiantes. De esta manera se podría evitar un impacto negativo permanente en los estudiantes, así como deshacer la barrera que la pandemia provoca en la movilidad social del país.

Referencias

Becerra M., De la Torre, R., Delajara, M., & Graña, D. (2018). Educación y trabajo digno. Un camino hacia la movilidad social. México: Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

Torche, F. (2015). “Intergenerational mobility and equality of opportunity”. European Journal of Sociology, 56(3).

 

2021-07-15T23:43:35-05:00