La disparidad salarial y laboral en el fútbol mexicano por género
Francisco David Calderón Calderón
Participante en la XI Escuela de Verano sobre Movilidad Social
La liga femenil de fútbol cumplió 3 años el pasado 24 julio de 2020. La liga se originó a partir de las instituciones de fútbol ya existentes, quienes formaron un equipo femenino cada uno, con la intención de solidificar el fútbol femenil. El descubrimiento de nuevos talentos, el desarrollo de técnicos especializados y el fortalecimiento del representativo nacional eran, entre muchos, los objetivos más importantes con lo que se creó esta competición.
Durante la pandemia, las ligas y equipos del mundo tomaron medidas de austeridad para mitigar la falta de ingresos. Esto visibilizó nuevamente la desigualdad salarial y de oportunidades de los equipos femeninos que si bien han tenido reducciones similares a los equipos varoniles a nivel proporcional, esas reducciones en sus salarios dejan en una situación de precariedad a jugadoras de todos los equipos, lo cual no sucede en la liga varonil.
El salario de una jugadora de primera división en México va de los $2,500 a los $30,000 con un salario promedio que ronda los $3,700, lo cual no permite vivir del propio deporte en la mayoría de los casos. Gran parte de las instituciones no cuenta con las mismas instalaciones, personal y oportunidades para los equipos de las diferentes ramas.
Directivos y dueños de organizaciones del fútbol mexicano han mencionado en múltiples ocasiones que las razones de estas diferencias no son por motivo de género. Las razones que justifican esta desigualdad parecen ser siempre motivos de mercado: el fútbol femenino no produce los ingresos suficientes para poder dar un aumento, un salario digno o prestaciones que le permitan a las mujeres jugadoras tener acceso a un círculo de bienestar completo (educación, salud, alimentación, transporte, seguridad, entre otros.).
Si bien es cierto que los ingresos de la liga femenil no se comparan a lo que produce la liga varonil, ¿es la única razón que justifica la enorme disparidad? El salario promedio de la liga varonil es aproximadamente $750,000 mensuales, más de 200 veces el salario promedio de la liga femenil. Establecer medidas normativas dentro del fútbol son necesarias para ir reduciendo esta brecha y acelerar el crecimiento de la liga femenil; lo anterior con el objetivo de que tenga pronto una rentabilidad propia y un crecimiento sustentable.
Existen medidas que podrían disminuir la brecha de condiciones en el fútbol:
- Ingreso mínimo: garantizar las condiciones básicas de vivienda, salud, transporte y alimentación, lo cual les permitiría no buscar otras fuentes de ingresos o trabajo lo que hoy no permite el descanso, concentración y ocio de un deportista de alto rendimiento.
- Programa de apoyo al embarazo: por el momento, la liga dice estar apegada a las leyes mexicanas y promete garantizar el pago de un seguro de gastos médicos mayores para todas las jugadoras. Sin embargo, eso no es suficiente, es necesario un programa que guíe a las jugadoras en todo momento cuando vivan un proceso de maternidad, así como preparadores físicos especializados post-maternidad y educación sexual.
- Empaquetamiento comercial de las ligas: vincular los programas de marketing de los equipos de primera división para darle visualización, mejorar contratos y dar mayor poder de negociación a los productos de imagen de la liga femenil.
México, un país donde el fútbol tiene gran popularidad e importancia en el termómetro social, no sólo sería excelente para el deporte, sería un ejemplo importante en el mercado laboral nacional e invitaría a la reflexión sobre las necesidades de las mujeres de un trabajo digno.
Fuentes:
https://globalsportssalaries.com/GSSS%202018.pdf
https://www.ligafemenil.mx/