La necesidad de un enfoque interseccional en la política pública a favor de las mujeres

Andrea Sedeño Toxtle

Participante en la XI Escuela de Verano sobre Movilidad Social

Si bien la agenda de género ha tenido un gran avance en los últimos años en México, distintos estudios nos demuestran que todavía queda mucho por hacer. Las mujeres seguimos enfrentando una amplia exclusión social, entendida como la desigualdad de oportunidades de acceso. Por lo cual, las desigualdades en las condiciones socioeconómicas del hogar de origen se traducen en baja movilidad social, pues nuestras probabilidades de movilidad ascendente siguen siendo escasas y menores a las de los hombres (25 % frente a 31 %).[1] Dicha exclusión social se debe principalmente a nuestra exclusión del mercado laboral, así como a la discriminación que enfrentamos cotidianamente.

Sin embargo, es importante establecer diferencias entre la discriminación y la exclusión que enfrentan las mujeres. Si bien todas estamos sujetas a la discriminación por género por el hecho de ser mujeres, resulta importante tener en cuenta una visión interseccional al analizarla. Como lo estableció Kimberlé Williams, la interseccionalidad se refiere al «fenómeno por el cual cada individuo sufre opresión u ostenta privilegio con base en su pertenencia a múltiples categorías sociales».[2] En este sentido, al analizar la opresión que sufren las mujeres, es muy importante considerar que a las mujeres las atraviesan distintas opresiones y son discriminadas por diferentes características. Así, mientras algunas únicamente se encuentran en desventaja frente a los hombres por ser mujeres, hay otras que se encuentran en desventaja frente a los hombres y frente a las mujeres blancas por tener un tono de piel más oscuro.

Lo anterior se ejemplifica en el mercado laboral. Por un lado, se ha demostrado que las mujeres siguen experimentando una exclusión del mercado de trabajo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral mexicano es del 45 %. Por otro lado, un estudio realizado por Arceo-Gómez y Campos-Vázquez demostró que también existe una discriminación por tono de piel: existe una clara preferencia por mujeres de tono de piel claro en el mercado laboral.[3] De este modo, las mujeres racializadas sufren una doble discriminación, lo cual también implica que son excluidas en mayor medida.

Los distintos tipos de discriminación tienen diferentes explicaciones. En algunos casos, la discriminación opera con base en prejuicios que se considera que son ciertos, y aunque las y los empleadores no tengan preferencias pro-discriminación, terminan reproduciendo dichos comportamientos.[4] Por otra parte, en el caso de la discriminación étnico-racial, las personas utilizan principios cognitivos de categorización social basados en criterios raciales, de forma sistemática y generalizada, para identificar y discriminar. Es debido a estos esquemas cognitivos que las personas discriminan muchas veces de manera inconsciente.[5] Dichas asociaciones, al ser recurrentes en los individuos que conforman la sociedad, implican la reproducción de una estructura de opresión hacia las personas racializadas que se manifiesta en diversos ámbitos, entre los cuales se encuentra el mercado laboral.

La discriminación por género no es la única que afecta a las mujeres; es importante tener en cuenta las distintas causas de la discriminación, así como el efecto que tienen las diferentes discriminaciones al entrelazarse, pues de otro modo no será posible generar las soluciones pertinentes para resolver el problema. Si no se tiene en cuenta un enfoque interseccional al diseñar políticas públicas de inclusión de las mujeres en el mercado de trabajo y de no discriminación, se corre el riesgo de seguir excluyendo y discriminando a un sector muy vulnerable de la sociedad, quienes en este caso serían las mujeres racializadas.

 

[1] Mancini, F. (2020). Movilidad social intrageneracional y desigualdades de género en México. XI Escuela de Verano sobre Movilidad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

[2] Valiña, C. (2020). “Interseccionalidad: definición y orígenes”. Periféricas: escuela de feminismos alternativos (https://perifericas.es/blogs/blog/interseccionalidad-definicion-y-origenes)

[3] Arceo-Gomez, E., & Campos-Vazquez, R. (2014) “Race and Marriage in the Labor Market: A discrimination corresponde study in a developing country”. American Economic Review.

[4] Monroy-Gómez-Franco, L. (2020) ¿Por qué las empresas discriminan? XI Escuela de Verano sobre Movilidad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias. 

[5] Solis, P., Krozer, A., Arroyo, C., & Güemez, B. (19 de agosto de 2019) Discriminación étnico-racial en México: una taxonomía de las prácticas.

2021-07-15T23:50:15-05:00