Movilidad social en México: de padres a hijos y en el ciclo de vida
Las oportunidades de desarrollo no son iguales para todas las personas, y de ahí la importancia del estudio de la movilidad social en México, para poder discernir con claridad cuáles son los factores más influyentes y las soluciones que se requieren.
La condición futura de las personas se ve afectada en buena medida por las condiciones de quienes fungieron como sus jefes de familia, dependiendo de la dimensión que se observe. Podemos decir que parte de las circunstancias socioeconómicas de los padres se transmite a los hijos, y las variaciones observadas entre unos y otros –la movilidad intergeneracional– son indicativas del peso que tiene el hogar de origen en el desarrollo de los individuos.
Por otro lado, los cambios en la condición socioeconómica experimentados por las personas a lo largo de sus vidas –la movilidad intrageneracional– son indicativos de su desarrollo con independencia de la situación socioeconómica de origen, y por lo tanto indicativos de sus oportunidades de crecimiento.
Movilidad intergeneracional
A la desigualdad de oportunidades generada por características étnicas, de sexo o de origen social, se añade la influencia de la herencia familiar que afectará las dimensiones de salud, educación, ocupación e ingreso de los hijos. El análisis de la movilidad social intergeneracional en estas dimensiones muestra que existe una cierta movilidad en los estratos socioeconómicos medios pero un marcado anquilosamiento en los estratos de los extremos. Es particularmente preocupante ver que, considerando la medida oficial para delimitar la pobreza en México, alrededor de 70 de cada 100 mexicanos que nacen en la parte más baja de la distribución permanecen en condición de pobreza toda su vida.
Ahora bien, el nivel de influencia de los padres o del proveedor principal no es siempre el mismo. Para dar un ejemplo, las madres tienen el doble de influencia que los padres en la salud de sus hijos, y este tipo de diferencias por parentesco se presentan en todas las dimensiones y en todos los estratos. Las ventajas o desventajas de la condición de origen se reflejan en el desempeño y los logros de los hijos, afectando su movilidad social y mostrando a su vez las variaciones en oportunidades de desarrollo.
Movilidad intrageneracional
Además de los cambios socioeconómicos a través de las generaciones, podemos observar también el movimiento de los individuos en su ciclo de vida e integrar ambas mediciones para poder resaltar con mayor claridad los elementos determinantes en la movilidad social. De manera similar a la influencia de padres a hijos, las condiciones de inicio en las ocupaciones de los individuos tienen un efecto en su movilidad intrageneracional, como lo demuestra el reporte de resultados del Módulo de Movilidad Social Intergeneracional 2016 del INEGI, que recoge información de movilidad en personas de 25 a 64 años de edad.
Debe resaltarse la importancia de estudiar conjuntamente las tendencias en movilidad social intrageneracional e intergeneracional para entender los mecanismos que conducen a la desigualdad de oportunidades y apoyar el diseño de políticas públicas que promuevan la justicia social y la recompensa equitativa del talento y el esfuerzo de los individuos: la famosa meritocracia. Esto tendrá un impacto positivo no solo en las condiciones reales de las personas sino también en sus aspiraciones, al generar la percepción de que sus capacidades serán reconocidas y de esa manera motivarlos a esforzarse más para ascender en la pirámide social.
La movilidad ascendente entre padres e hijos y a lo largo del ciclo de vida es indicativa de una sociedad dinámica, eficiente y productiva. Acortar la brecha socioeconómica en términos absolutos es importante, pero para impulsar la movilidad social en México es necesario reducir la desigualdad de oportunidades y fomentar el aprovechamiento del capital humano que existe en todos los niveles socioeconómicos de nuestro país.