Foto: El Economista

Para perder, Morena debe fragmentarse

Julio Serrano*

Faltan casi tres años para las elecciones presidenciales de 2024 y Morena va en caballo de hacienda. La única posibilidad que veo en este momento de que pierda es que se divida.  

Como muestra del poderío de Morena solo hace falta ver la aprobación del Presidente. Para quienes creen que esta popularidad no se traduce en votos para su partido, solo hay que recordar los resultados de las elecciones intermedias. De 15 gubernaturas que estuvieron en juego, Morena arrasó con 11. Soy consciente de que la oposición tuvo éxitos, en particular en CdMx, pero vale la pena considerar el contexto en el que se dieron los resultados: en medio de una pandemia que le ha quitado la vida a cientos de miles de mexicanos y de la peor crisis económica en generaciones. Es para que el partido en el poder hubiera sido vapuleado. Si Morena ganó en estas circunstancias, ¿cuál será su desempeño en condiciones menos adversas? 

Tras los triunfos de este año, Morena se posicionó como la primera fuerza estatal del país, gobernando a casi la mitad de la población. Si suma otros estados en los próximos dos años —como todo apunta que sucederá— su capacidad de operar en la elección de 2024 será avasalladora. Por otro lado, López Obrador sigue avanzando en consolidar su base electoral a través de los multimillonarios apoyos que le otorga con sus programas asistenciales.

Los promotores de Va Por México han hecho una labor loable en unificar a la oposición. Para las elecciones de 2022 ya se anunció que PRI, PAN y PRD irán juntos en cuatro de los seis estados en los que hay elecciones, pero no está fácil que la coalición se mantenga para 2024. Una cosa es impulsar un candidato común a gobernador (y no siempre se ponen de acuerdo) y otra muy distinta es acordar un candidato unificado para la presidencia. Además, Movimiento Ciudadano ya anunció que no irá en coalición. Sin un frente opositor unido, es casi imposible vencer a Morena.  

Hay quienes piensan —o mejor dicho, esperan— que López Obrador tendrá poco peso en la elección de 2024 porque no va a estar en la boleta y ya va a estar de salida. Difiero. Su legado y la continuidad de su proyecto de nación estarán de por medio, por lo que estoy seguro de que hará todo lo que esté en su poder para que gane su partido. 

Si va a perder Morena en 2024, lo más seguro es que el responsable no venga de afuera. La única forma que veo de que no mantenga el poder es si se fragmenta. No es imposible. No es un partido tradicional, con la institucionalidad e historia del PRI o PAN. Es más bien un movimiento político, fundado hace apenas siete años, que aglutina a un conjunto de tribus controladas por López Obrador. Pero este control puede diluirse conforme vaya perdiendo fuerza el Presidente y aspirantes a la candidatura sean excluidos.  

A tres años de la elección presidencial, se empiezan a ver fisuras internas en Morena. Solo si se convierte en una ruptura podremos hablar de un nuevo partido en Palacio Nacional. 

*Integrante del Consejo Directivo del CEEY. Correo: [email protected]. Columna publicada originalmente en Milenio el 16 de diciembre de 2021. 

2021-12-16T17:50:16-06:00