Políticas contra la Crisis
Enrique Díaz-Infante Chapa*
En el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) acabamos de publicar un estudio intitulado “Elementos para un Plan integral para atender las consecuencias económicas de la pandemia del Coronavirus (COVID-19) en México” (ver en https://bit.ly/3f1pNn6). El objetivo es aportar recomendaciones de política púbica, adicionales a aquellas anunciadas hasta ahora por el gobierno, que permitan evitar, lo más posible, que las medidas sanitarias para combatir el COVID-19, generen masivamente la pérdida de empleos y el cierre de empresas. Si no se aplican inmediatamente las políticas fiscales correctas, consideramos que 21 millones de mexicanos adicionales a los 61 millones actuales, pudieran caer en pobreza por ingreso.
Para evitar este drama social, en el CEEY hemos propuesto cinco medidas. Las mismas consisten en: i) restituir el gasto en salud a los niveles del año 2015; ii) realizar una transferencia de un salario mínimo mensual, por tres meses, a las y los trabajadores que se encuentren en el sector informal; iii) realizar una transferencia por ese mismo monto y periodo a las empresas formales, por cada trabajador afiliado al IMSS; iv) establecer un seguro de desempleo de dos salarios mínimos mensuales, por tres meses, para las y los trabajadores formales que pierdan su empleo; y v) hacer un reembolso extraordinario de ISR en una sola exhibición, y por un monto de 10 mil pesos, a las y los trabajadores por cuenta propia registrados ante el SAT.
Estas medidas fiscales proponemos se implementen a través de un Pacto para el Bienestar Económico que reúna a las autoridades federales, a las entidades federativas y a los municipios, a organizaciones empresariales, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil. Las mismas calculamos tendrían un costo de entre 3 y 3.5% del PIB. El financiamiento de éstas provendría de postergar o cancelar proyectos de infraestructura cuestionables. También se tendría que incurrir en deuda pública. Nuestra capacidad de endeudamiento, si bien limitada, tiene margen para que nos endeudemos responsablemente por el monto requerido. La deuda pública actual es de alrededor de 45% del PIB (Ver “México ¿Cómo Vamos?” en https://bit.ly/2yXc4NI) y nuestros ingresos tributarios recurrentes (ISR e IVA) son del 13% del PIB-. Además, en dicho Pacto, debiera acordarse que, pasada la contingencia, los partidos en el Congreso impulsarían una necesaria Reforma Hacendaria para el 2022, a fin de repagar el mayor endeudamiento.
Lamentablemente, para el tamaño de la crisis económica que se viene el gobierno está destinando un magro .7% del PIB en apoyos fiscales. Muchos de ellos, por su reducido monto y el enfoque asistencialista electoral que tienen, tendrán un impacto contra-cíclico bastante limitado. Para tomar perspectiva del monto fiscal requerido, vale mencionar que países de la región como Brasil, Chile y Argentina, dedicarán, respectivamente, recursos fiscales equivalentes a 6.5 %, 4.7% y 3% del PIB. (FMI, 2020. Ver en https://bit.ly/2yXc4NI). Cabe recalcar que estos montos no contemplan los recursos monetarios que los bancos centrales, en dichos países, han inyectado a sus economías, a través del sistema bancario, que beneficia a las personas y negocios formales que decidan endeudarse para enfrentar la falta de liquidez. En el caso de nuestro país, el Banco de México, acertadamente inyectó recursos equivalentes al 3.3% del PIB.
En el CEEY estamos convencidos de que la crisis actual demanda acciones inmediatas y radicales, pero, al mismo tiempo, fundamentadas y responsables. Vemos que “no hay lugar para la inacción (… y que se debe) ir más allá de la ortodoxia monetaria y fiscal que prevalece hoy.” Por lo mismo, esperamos que el Ejecutivo y el Legislativo escuchen y actúen pronto en consecuencia. De lo contrario, ante una caída conservadora del PIB de -4.5%, pudieran perderse entre 1 y 1.6 millones de empleos (Ibid, CEEY) y cerrar alrededor de 250 mil negocios (https://bit.ly/3faPOAB), mucho de lo cual ya está ocurriendo. Pésimas cuentas para un Presidente que busca hacer historia por combatir exitosamente la pobreza.
* Investigador del CEEY
Columna publicada en Reforma el 6 de mayo de 2020.
Twitter: @ediazinfante