Foto: Entorno Turístico
Airbnb pone en jaque a los hoteles
Julio Serrano*
Por si tuviera pocos problemas con la pandemia, la industria hotelera ahora tendrá que lidiar con un megacompetidor que no solo ha logrado sortear la crisis relativamente bien, sino que pronto se fortalecerá aún más con su salida a bolsa. Me refiero, por supuesto, a Airbnb, la plataforma digital de alojamiento.
El coronavirus le ha pegado fuerte a la industria hotelera mundial y la mexicana no ha sido la excepción. Las acciones de la empresa más importante del ramo en el país, Grupo Posadas, han perdido la mitad de su valor en lo que va del año. Más significativo es que sus bonos cotizan a menos de 50 centavos, lo que implica que el mercado percibe un riesgo de quiebra. Otra cadena nacional que se ha visto afectada es Hoteles City Express. Sus acciones también están a la mitad de precio que ha principio de año.
En comparación, Airbnb ha salido bien librada en la pandemia. De la gente que ha estado dispuesta a viajar en esta época, buena parte ha optado por la aparente seguridad de rentar una casa o un departamento en la plataforma digital en lugar de convivir con otros huéspedes en un hotel. Y es probable que esta preferencia continúe en el futuro poscoronavirus. Con la posibilidad de trabajar a distancia, muchas personas tendrán la posibilidad de pasar más tiempo fuera de sus casas, lo que puede favorecer a Airbnb por encima de los hoteles.
Airbnb actuó con decisión a principios de la pandemia para reducir costos al máximo (eliminó una cuarta parte de su equipo administrativo) y así evitar quedarse sin efectivo. Su modelo de negocios le permite esta flexibilidad. A diferencia de las empresas hoteleras, Airbnb no es dueña de propiedades o tiene en su nómina a miles de trabajadores. Tampoco cuenta con un enorme corporativo. Es solo un intermediario. A lo que se dedica es a enlazar a gente que quiere un lugar donde alojarse durante un viaje con gente que tiene un espacio (un cuarto, un departamento o una casa) que rentarles. A finales de septiembre, la plataforma contaba con 4 millones de anfitriones alrededor del mundo (México es de sus principales mercados) dispuestos a rentar sus propiedades.
¿Qué hará la industria hotelera para competir con Airbnb? Por lo pronto ha cabildeado a gobiernos locales para regularlo más. Su argumento es que no hay piso parejo puesto que goza de menos restricciones operativas que los hoteles. Algo tiene de razón; sin embargo, los mercados financieros parecen no darles mucho peso a estas objeciones. Se estima que en su salida a bolsa puede alcanzar una valuación superior a 40 mil millones de dólares, por encima de prácticamente todas las cadenas hoteleras del mundo.
Airbnb no es la única empresa de la nueva economía que se perfila a salir al mercado público. DoorDash, otro de los favoritos de la nueva ola de plataformas digitales (similar a UberEats), tuvo un muy exitoso debut ayer. Más les vale a los hoteles y a otras empresas tradicionales ponerse las pilas si quieren seguir vivos.
* Consejo Directivo del CEEY. Correo: [email protected]. Columna publicada originalmente en Milenio el 10 de diciembre de 2020.