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¿Debería el gobierno rescatar la aviación nacional?

Julio Serrano*

Aeroméxico, la aerolínea más importante del país, está en terapia intensiva.Interjet, que en 2019 operó 67 aviones y transportó 15 millones de pasajeros, está más muerta que viva. Para el país y para los consumidores será una desgracia que dos de las cuatro líneas aéreas nacionales relevantes dejarán de operar. ¿Debería intervenir el gobierno para impedirlo? ¿Se puede dar el lujo de no hacerlo?  

López Obrador ha manifestado en diversas ocasiones que su gobierno no piensa rescatar empresas. En principio me parece acertada su postura; sin embargo, es importante aclarar qué significa el término “rescatar” y a quién se aplica. Si el Presidente se refiere a no rescatar a los accionistas y acreedores de empresas emproblemadas, estoy de acuerdo. Si se refiere a dejar que se hundan empresas, aun cuando su desaparición puede afectar sectores estratégicos para el país como el aéreo, no lo estoy.   

En ocasiones, un gobierno debe tomar en cuenta el valor estratégico de ciertos sectores para intervenir; no a favor de algún grupo en particular —y aquí incluyo a accionistas, acreedores y trabajadores— sino a favor de los consumidores y del desarrollo del país. Varios gobiernos del mundo decidieron apoyar a sus aerolíneas ante la crisis existencial que detonó la pandemia para evitar una quiebra generalizada. El de México no lo hizo en su momento y ahora tiene que lidiar con las consecuencias.  

El mejor escenario ahora es que tanto Aeroméxico como Interjet se reestructuren bajo la protección de las cortes en un concurso mercantil (Aeroméxico ya se declaró en quiebra en Estados Unidos) y que lleguen algunos inversionistas valientes a capitalizarlas para darles viabilidad. El proceso deberá involucrar que los accionistas pierdan toda su inversión y que los acreedores una gran parte. Los trabajadores también sufrirán, sobre todo en el caso de Aeroméxico, ya que son sindicalizados y cuentan con contratos colectivos muy generosos. Pero el objetivo debe de ser que después de la reestructura las empresas cuenten con una estructura de costos viable y que operen con capital privado, sin necesidad de recursos públicos.  

Si Interjet no logra sobrevivir no será una pérdida tan grande para la aviación nacional. Lleva tiempo achicándose —hoy solo cuenta con cuatro aviones— y dejó de volar por completo desde el 11 de diciembre pasado. El verdadero problema será si Aeroméxico no encuentra inversionistas y desaparece.  

El gobierno no puede permitir que esto suceda. El agujero que dejará en conectividad aérea será muy profundo. Se perderá la capacidad de transportar a millones de pasajeros y decenas de ciudades dejarán de tener acceso por aire a otros puntos del país, con el costo económico y en desarrollo que esto implica. Es bajo este escenario que el gobierno debe intervenir para mantener volando a Aeroméxico hasta que eventualmente encuentre inversionistas privados, de preferencia mexicanos, que asuman el control. 

*Consejo Directivo del CEEY. Correo: [email protected]. Columna publicada originalmente en Milenio el 21 de enero de 2021.

2021-01-21T11:28:25-06:00