Economía en México: la importancia de la educación financiera (I)
Conocer la economía en México, las herramientas y los productos financieros a nuestro alcance, y aprender a usarlos, nos permite impulsar el ahorro formal o el acceso a créditos competitivos para pagar la formación de capacidades humanas para incorporarse exitosamente como empleado al mercado laboral o para emprender un negocio. De esta manera, el manejo adecuado de nuestras finanzas personales y el fomento de las habilidades respectivas para ser emprendedores exitosos, se aporta indirectamente al fortalecimiento de la economía en México. Así, las ventajas de la educación financiera van más allá de los beneficios a las personas o a las empresas, es también un mecanismo de inclusión, de igualdad de oportunidades y de movilidad social, además de tener un impacto importante en la macroeconomía. Es por esta importancia de la educación financiera para la economía, que la misma ya es un proyecto prioritario para muchas naciones.
Generar aciertos y mitigar errores
El ‘alfabetismo’ financiero ha probado ser de gran utilidad en la toma de decisiones económicas de las personas, ayudándoles a optimizar sus recursos e incluso hacerlos productivos. Pero la educación financiera no solo nos enseña a llevar a cabo acciones favorables, tales como llevar un presupuesto personal, apegarse a él y revisarlo constantemente, sino también a minimizar errores. Dentro de dichos errores, comúnmente están el no ahorrar o hacerlo a través de mecanismos informales de baja calidad, que culturalmente son populares pero riesgosos (ie. tandas). También el de financiarse a través de los llamados “agiotistas” que se convierten en auténticas trampas de pobreza al cobrar muy caro el crédito que otorgan y pedir garantías excesivas que en el fondo, muchas veces buscan ejecutar. Esto requiere una revisión de nuestros hábitos en torno a nuestra economía y la posible necesidad de desechar vicios y desarrollar nuevos hábitos.
Mientras más temprana sea la educación financiera, mejores las oportunidades de formar una cultura de ahorro y prevención. Existen diversos programas y material educativo a los que podemos acceder, como el Manual de Finanzas para Estudiantes de la Fundación Espinosa Rugarcía, que contiene consejos prácticos, ejercicios y observaciones de gran utilidad para que los jóvenes empiecen a planificar y hacer mejor uso de sus recursos, así como recomendaciones para su acercamiento inicial con la banca y demás entidades financieras formales. De igual manera, en el portal de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los usuarios de Servicios Financieros (Condusef) se puede encontrar información básica de finanzas personales y otros productos.
Mantener el control de nuestras finanzas también tiene un efecto positivo sobre nuestra salud, física y emocional; el estrés financiero generado como consecuencia de una mala administración de recursos económicos tiene también un peso importante sobre la productividad de los trabajadores, lo que pone de relevancia una vez más la importancia de contar con una educación financiera que nos permita adquirir las habilidades necesarias para evitar sobreendeudamientos o malos manejos de nuestro dinero.
Adicionalmente, los cambios generados por la digitalización afectan al sistema financiero y hacen aún más necesaria una educación pertinente, tanto para aprender a hacer uso y sacar provecho de las nuevas herramientas tecnológicas, como para detectar y evadir los posibles riesgos implicados en ellas, como el ciberfraude, el robo de datos y otros. Los buenos hábitos en la gestión de las finanzas irán generando mejores prácticas a todos los niveles, desde los individuos y el hogar hasta las grandes empresas, contribuyendo así a la reducción de la pobreza y dando impulso a la movilidad social, al bienestar y a la economía en México.