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El semáforo rojo de la pobreza

Roberto Vélez Grajales*

Los datos de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) muestran que, entre 2018 y 2020, la población en condición de pobreza en Puebla creció de 58 a 62.4 por ciento. Esta dinámica hizo que el estado pasara de ser la quinta a la tercera entidad federativa con mayor proporción de pobreza. Se puede argumentar que este deterioro está íntimamente ligado con el choque de la pandemia. Sin embargo, la comparación con el promedio nacional y otras entidades federativas hace que Puebla no salga bien parado en su evaluación. Resulta indispensable revertir esta situación. De no hacerlo, las opciones de movilidad social para las y los poblanos pasarán de ser limitadas a prácticamente inexistentes.

La pandemia colocó al país y en particular a las entidades federativas en la necesidad de establecer acciones para reducir el costo social. Recordemos que la Jornada Nacional de Sana Distancia inició el 23 de marzo del año 2020 y que el gobierno federal presentó su Programa Emergente para el Bienestar y el Empleo el día 5 de abril. Como era de esperarse, los mayores efectos del cierre inducido de la economía se observaron en los siguientes meses.

La información de la ENIGH se recabó entre agosto y noviembre del año 2020. Esto permite capturar un momento en el que el efecto económico de la pandemia estaba presente y los gobiernos federal y estatales ya habían establecido sus políticas de acción para enfrentarla. De esta manera, los resultados publicados por Coneval permiten realizar una evaluación preliminar sobre la efectividad de dichas acciones.

A nivel nacional, el incremento de población en condición de pobreza de 2018 a 2020 fue de 3.8 millones de personas. De ellas, 380 mil se encuentran en Puebla. Es decir, una de cada diez personas extra que cayó en pobreza habita en nuestra entidad. Esto llama todavía más la atención si tomamos en cuenta que la población total de Puebla representa el cinco por ciento de la nacional.

Puebla muestra una dinámica distinta al resto del país. La fuente del crecimiento de la pobreza a nivel nacional se encuentra en la zona urbana, ya que en la zona rural ésta se redujo en un poco más de 800 mil personas. Sin embargo, en Puebla ambos tipos de localidad muestran un crecimiento de la población en condición de pobreza. En la zona rural el aumento es de alrededor de 110 mil personas. Lo anterior implica que, mientras que a nivel nacional la proporción de población en pobreza en la zona rural se redujo de 57.7 a 56.8 por ciento, en Puebla ésta se incrementó de 63.5 a 70 por ciento.

Una preocupación añadida al caso de Puebla es la relativa a la profundidad de la pobreza. La medida oficial permite distinguir entre población en pobreza moderada y pobreza extrema. Del incremento en 380 mil personas en situación de pobreza en la entidad, 320 mil corresponden a pobreza extrema. Lo anterior implica que la población poblana que sufre la pobreza más profunda ha crecido de un poco más de medio millón de personas en el año 2018 a casi 850 mil en el año 2020.

Inicié esta columna haciendo referencia a que Puebla sigue empeorando su posición en la clasificación de pobreza entre los 32 estados del país. Si comparamos a Puebla con las entidades federativas en peor situación, la preocupación aumenta. Chiapas y Guerrero, que todavía superan a Puebla en proporción de población en pobreza, lograron una reducción en ella. Veracruz y Oaxaca también lo lograron, gracias a lo cual desplazaron a nuestro estado en la clasificación estatal. El caso de Puebla no es el único que requiere atención por parte de las autoridades federales y estatales, pero se ha consolidado como uno de máxima preocupación presente y futura.

*Director Ejecutivo del CEEY. Twitter: @robertovelezg. Columna publicada originalmente en periódico digital E-Consulta el 19 de agosto de 2021. 

2021-08-19T10:35:03-05:00