¿Fue un error la austeridad de AMLO en la pandemia?
Julio Serrano*
Universal fue la condena a la falta de estímulos fiscales del gobierno de López Obrador en la pandemia. Se convirtió en un axioma —una proposición tan clara y evidente que se admite sin demostración— que el Presidente cometió un grave error al no abrir la cartera pública para apoyar al sector productivo. Yo fui parte de la crítica generalizada, e incluso escribí un artículo al respecto. Ahora no estoy tan convencido.
A diferencia de casi todos los gobiernos, el mexicano no otorgó estímulos relevantes a las empresas para enfrentar la fuerte desaceleración que trajo la pandemia. La lógica parecía apuntar a una reacción más contundente: ante la peor contracción económica mundial en generaciones, con gran parte de la iniciativa privada paralizada, los gobiernos tenían que entrar al rescate de forma agresiva para evitar un colapso.
Pero el de México decidió tomar una postura más conservadora. El gasto público adicional para enfrentar la pandemia fue de apenas 1% del PIB, un porcentaje mínimo aun al compararlo con lo que destinaron otros países en desarrollo. Brasil, por ejemplo, desembolsó más de 8% del PIB.
Con diferencias tan grandes en el gasto gubernamental, era de esperarse que el daño que causó la pandemia en Brasil y otros países que estimularon agresivamente sus economías fuera menor que en México y que la recuperación fuera más vigorosa. Eso es lo que casi todos los analistas, incluido yo, pensamos. Sin embargo, no está tan claro a qué grado.
Es verdad, en nuestro país han muerto cientos de miles de personas, han quebrado miles de empresas y se han perdido millones de empleos. No hay duda de que las consecuencias habrían sido menos graves si el gobierno hubiera gastado más. Pero, en términos proporcionales, el daño ha sido similar en países, como Brasil, que gastaron mucho más que México.
Lo que sí está claro es que estamos saliendo de la pandemia más fuertes en términos macroeconómicos que buena parte del mundo. Nuestras finanzas son más sanas y no tendremos que cargar con un repunte en el endeudamiento público, lo que nos coloca en una posición sólida.
Los países que más apoyaron sus economías se quedaron con las mayores facturas por pagar. Mientras que el déficit público en México en 2020 fue un relativamente bajo 4% del PIB, en Brasil alcanzó casi 17%. La media ponderada de la deuda pública de los gobiernos del mundo se disparó por encima de ciento por ciento a raíz de los enormes déficits, un nivel no visto desde la Segunda Guerra Mundial. Mientras, la nuestra es de apenas 50%. Cómo le van a hacer los países más endeudados para pagar, en particular los emergentes, es una incógnita.
El crecimiento esperado para este año en México, que puede alcanzar 7%, se compara favorablemente con gran parte de los países que estimularon más su economía. Sigo pensando que nuestro gobierno debió gastar más, pero veo mejor los argumentos de López Obrador.
*Consejo Directivo del CEEY. Correo: [email protected]. Columna publicada originalmente en Milenio el 1 de julio de 2021.