La educación financiera en la infancia
Alma Dayana Herrera Guevara
Participante en la XI Escuela de Verano sobre Movilidad Social
Uno como padre siempre querrá lo mejor para sus hijos y como menciona Pitágoras (s.f.) “enseña a los niños, y no será necesario castigar a los hombres”. El propósito principal de este ensayo es responder las siguientes preguntas: ¿por qué la frase anterior es fundamental? ¿No pueden aprenderlo cuando sean grandes? ¿Cómo podrían estudiarlo? Para asegurarse de un futuro positivo lo único que se puede hacer es brindar las herramientas a fin de abrirse camino a una vida digna.
La educación financiera se refiere al conjunto de conocimientos, habilidades y prácticas, útiles para comprender los conceptos y productos financieros con la correcta administración de los ingresos que se obtienen, a fin de tomar decisiones mejor informadas (Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros 2020).
Desde la edad temprana, se podría transmitir cómo los padres sustentan el hogar, por qué no siempre se puede comprar lo que quisieran y qué hacer con su mesada. De acuerdo con la escritora Montse Junyent: “el dinero por sí mismo no es algo especialmente amable ni bonito. Los niños no deberían preocuparse por poseerlo o ahorrarlo, sino entender la responsabilidad que implica tenerlo y gastarlo. Hablar de economía y de dinero con los niños también es hacerlo de valores: responsabilidad, justicia social, solidaridad”.[1]
Macías (2010) señala que manejar el dinero no es una de las materias que vemos en la secundaria o en la prepa —aunque deberíamos—, y a veces en las familias el tema es un tabú igual o incluso mayor que el sexo. Si tenemos suerte, puede que aprendamos gracias a consejos anecdóticos del tío o de la prima. Si no, puede que sea dándonos de topes por ponerles taches a esas cosas que en realidad nos podrían ser útiles.
Otro ámbito a considerar es la constante preocupación por parte de los tutores sobre cómo abordar estos temas y del no afectarlos con los problemas que hay en casa, como lo ejemplifica Singular Bank (2019): “si normalmente hablar de dinero puede ser un tema incómodo para muchos padres, hablar de la deuda y de posibles problemas familiares derivados de ello mucho más. Con la crisis hemos visto que muchas familias han tenido que abandonar sus hogares por no poder atender a sus hipotecas, y muchos niños se han visto involucrados en una situación traumática de la que no podían tener ningún conocimiento previo. Esa sobreprotección a afrontar la realidad puede no ser buena”.
En resumen, está claro que es tarea de todos implementar estos conceptos de manera adecuada desde el hogar, escuela y gobierno aplicando políticas públicas que promuevan el valor del dinero de una manera sencilla acorde a la edad de las y los niños. Asimismo, programas especiales de la CONDUSEF, como Educa tu cartera y sus Guías para la Familia y el Maestro, deberían tener una mayor divulgación entre la población general.
Por lo tanto, se deben crear nuevas formas de enseñar, además de desmitificar términos y conceptos financieros. Finalmente, si se instruye ahora, se hará uso de la práctica y se aprovecharía a conocer más temas para los padres, es decir, un ganar-ganar. La educación es la mejor inversión que se puede disponer.
Referencias
Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (2020) Diplomado en Educación Financiera, Módulo I Importancia de la Educación Financiera y su contexto
Macías, Sofía (2010). Pequeño Cerdo Capitalista. Finanzas personales para hippies, yuppies y bohemios, México: Aguilar.
Singular Bank (2019) “Consejos para ahorrar dinero. ¿A qué edad hay que empezar a hablar a los niños de dinero?”, SelfBank by Singular Bank.
[1] Citado por Navarro Macías, R. (2019) “Por qué has de hablar con los niños de dinero (y cómo hacerlo más fácil)”, La Vanguardia.