La maternidad penalizada durante la pandemia
Berta G. Díaz Martínez
Participante en la XI Escuela de Verano sobre Movilidad Social
Antes de la pandemia del coronavirus (covid-19), Mayra tenía un horario muy estricto durante su semana. Todos los días se levantaba a las siete de la mañana, empezaba a preparar el desayuno de su hija Ofelia para llevarla a un kínder que está cerca de la casa de su hermana Guadalupe. De esta manera, Mayra se podía ir a la oficina a trabajar y su hermana se encargaba de recoger a Ofelia y darle de comer. Después de la jornada laboral, Mayra recogía a Ofelia y se iban a casa juntas.
Toda la rutina de Mayra cambió con la llegada de la pandemia y del confinamiento, los horarios y labores de Mayra tuvieron que adaptarse a la nueva normalidad. Mayra empezó a trabajar exclusivamente desde casa; su carga de trabajo no disminuyó. Ofelia ya no podía asistir al kínder pues tuvo que cerrar como todas las escuelas en México. Si bien el kínder intentó dar clases en línea, una niña de 2 años y 7 meses no puede tomar clases por si sola sin la supervisión de un adulto. La pareja de Mayra también trasladó su trabajo a casa, entre los dos han tratado de sortear el cuidado de Ofelia, pero sabemos que este trabajo históricamente siempre ha estado más cargado del lado de las mujeres.
Durante la pandemia del coronavirus, la doble jornada de las mujeres se acentuó y profundizó. Por un lado, aquellas madres que tuvieron que trasladar su trabajo al hogar y continuar con las labores de cuidado, como el caso de Mayra, y por el otro, las madres que se dedican al hogar que tuvieron que recibir en casa a las hijas e hijos así como a la pareja 24 horas. En ambos escenarios la brecha de desigualdad se profundizó y la penalización por la maternidad se agudizó.
Mayra pertenece al 45 % de mujeres que está inserta en el mercado laboral (ENOE 2019). Además, tiene una posición de ventaja: tiene un trabajo remunerado, cuenta con seguridad social y cuenta con una computadora que le permite seguir el trabajo a distancia. Sin embargo, sabemos que en México muchas mujeres no tienen una trayectoria estable en su trayectoria laboral (EDER 2018) y que muchas de ellas tienen empleos precarizados.
Probablemente muchas mujeres al inicio de la pandemia tuvieron que abandonar su empleo para dedicarse exclusivamente al cuidado. De acuerdo con Aguilar, Arceo y de la Cruz (2020), el ser madre está penalizado en términos de brecha salarial y también en sentirse excluidas del mercado laboral. La pandemia posiblemente incrementará esta penalización, pues las mujeres como Mayra, ahora deben cuidar y trabajar al mismo tiempo.
Algunas investigaciones fuera de México ya empezaron a investigar la penalización de la maternidad durante la pandemia. Por ejemplo, de acuerdo con un reporte del Instituto de Estudios Fiscales y el Instituto de Educación de UCL, en Reino Unido existe 47 % más de probabilidad de que las mujeres perderán definitivamente su trabajo y se dedicarán exclusivamente al trabajo de cuidados. ¿Cuántas mujeres en México dejarán de trabajar debido a la pandemia y tendrán dificultades para reingresar al mercado laboral? ¿Cuántas de ellas regresarán a trabajos precarizados? ¿Cuántas de ellas se dedicarán exclusivamente al trabajo de cuidados? Estas preguntas podremos resolverlas con el tiempo.
Referencias:
Aguilar-Gómez, S., Arceo-Gómez, E., & De la Cruz Toledo, E. (2019) «Inside the black box of child penalties». SSRN, 44.
INEGI (2018a) Encuesta Demográfica Retrospectiva (EDER). INEGI.
INEGI (2018b) Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), población de 15 años y más de edad. INEGI.
Warwick-Ching, L. (2020, julio 29) «‘Motherhood penalty’ made worse by the effects of the pandemic». Financial Times.