Las sobras no bastan
Julio Serrano*
Al final de un artículo muy circulado (¿Es el Presidente de México una amenaza a su democracia?), que publicó el sábado el prestigioso diario estadunidense The Wall Street Journal, viene una cita que ilustra perfectamente por qué López Obrador sigue tan popular y la oposición no logra remontar lo suficiente. Una ama de casa de Campeche que recibe apoyos en efectivo comenta: “Antes que [López Obrador] asumiera el poder, una sentía que [el gobierno] te daba las sobras”.
Es interesante notar que la mujer no está diciendo que no recibió apoyo en el pasado. Su crítica es de carácter emocional. Habla de cómo se sentía al recibirlo. Está claro que su impresión es que los gobiernos anteriores la trataban mal, de una manera condescendiente; que no le daban un trato digno. Al referirse a las sobras, está sugiriendo que alguien más se estaba llevando la mejor parte, lo que implica que se estaban aprovechando de ella. Puede ser que la señora ahora esté recibiendo más dinero que antes, pero el punto más relevante es que antes se sentía humillada y ahora no, de ahí su simpatía hacia el Presidente.
Mi impresión es que millones de mexicanos se sienten igual que la mujer campechana del artículo y que mientras López Obrador sabe muy bien cómo conectar con ellos y ellas, gran parte de la oposición no. Muchos ven a los pobres como ignorantes y manipulables. Por lo mismo, les hablan como si fueran inferiores. Y no solo es la oposición, varios miembros de las llamadas élites también padecen de esta actitud de superioridad.
Varios analistas han calificado los resultados de la elección del domingo como una gran derrota del Presidente. Yo difiero. No cabe duda de que la oposición ganó terreno en Ciudad de México y en el Congreso, y de que Morena requiere alianzas para alcanzar la mayoría simple. Es un hecho que el gobierno de López Obrador acabó con menos poder que antes para impulsar su agenda. Pero para mí la sorpresa es que no le haya ido peor. Estamos saliendo de la peor crisis económica en generaciones; cientos de miles de mexicanos han muerto por la pandemia; la violencia está rampante. Era para que la oposición hubiera arrasado y no perdido 11 de las 15 gubernaturas en disputa.
En mi opinión, buena parte de la explicación de porqué no le fue mal al partido del Presidente y no tan bien a la oposición radica en la sensación de la mujer campechana del artículo. Lo sutil importa, y mucho. Un trato despectivo puede tener más peso que cualquier política económica o social. El famoso dicho de que la forma es fondo se aplica perfecto en este caso.
Si hay duda del poder de las formas y del lenguaje, el caso de Estados Unidos es un buen referente. Trump ganó la presidencia no por sus propuestas, sino porque supo cómo dirigirse a la población que se sentía marginada. Los hizo sentir escuchados; tomados en cuenta. Si la oposición quiere reconectar con las bases de López Obrador tiene que aprender a tratarlas con mayor respeto.
*Consejo Directivo del CEEY. Correo electrónico: [email protected]. Columna publicada originalmente en Milenio el 10 de junio de 2021.