Los servicios de ahorro del sistema financiero mexicano: una necesidad

Tener ahorros en el sistema financiero mexicano es importante y ventajoso para las personas ya que les permite suavizar su consumo en el tiempo. También lo es para el crecimiento de la economía del país, pues los intermediarios financieros facilitan el que aquellos que cuentan con recursos los canalicen a aquellos que los necesitan. Esto significa que el ahorro de unos se convertirá en la inversión de otros, y para ello se requiere de un sistema sano, dinámico, de amplia penetración y congruente con las diferentes necesidades de los ciudadanos.

De lo individual a lo general

Visto de manera individual, ahorrar nos da la oportunidad de expandir nuestras opciones y tener mayor control sobre nuestro destino; el dinero acumulado puede ser utilizado para desarrollar un proyecto empresarial, pagar deudas o para incrementar nuestra base de retiro y mantener un cierto nivel de calidad de vida en la vejez. Un ahorro bien administrado genera tranquilidad y nos permite manejar imprevistos con mayor holgura, planear una mejor educación para nuestros hijos y tener aspiraciones y expectativas más altas: es un motivador para la movilidad social ascendente.

De aquí la importancia, tanto en lo personal como en lo nacional, de contar con un sistema financiero sólido y profundo que brinde servicios de ahorro seguros a los usuarios y que les facilite la disponibilidad de sus recursos cuando los requieran y sin altos costos. Esto, además de que dicho sistema propicia el crecimiento del PIB a través de facilitar el flujo de recursos de los ahorradores e inversionistas hacia el sector productivo. Esto lo podemos ver más a fondo en el libro blanco del CEEY El Sistema Financiero Mexicano. Diagnóstico y recomendaciones, que nos entrega una panorámica amplia del sistema y sus funciones y establece una agenda de cambios necesarios para su mejoramiento. 

Ahora, no todos los segmentos de la población por su condición laboral en la informalidad o por pobreza de tiempo, entre otras, gozan de las condiciones ideales para destinar parte de sus ingresos al ahorro. Esto implica tener que replantear algunas políticas y mecanismos para diseñar productos adecuados a sus necesidades. El crecimiento de la población adulta, y el consecuente incremento del ahorro para el retiro a través del sistema de pensiones, representan una oportunidad de mayor captación para las instituciones financieras, que ofrecen servicios de ahorro e inversión. Sin embargo, existe una proporción importante de personas excluidas del sistema financiero y que, de ser integradas, tendrían una contribución de peso al impulso de la economía.

La salud del sistema financiero mexicano, así como el bienestar de los individuos, depende en buena medida de tener tasas de ahorro robustas. Esto permite a las instituciones generar crecimiento y empleo y a las personas avanzar sus proyectos de vida y enfrentar eventuales problemas económicos.  Por eso también, la necesidad de fomentar la cultura del ahorro, de diseñar políticas públicas que lo impulsen y faciliten, de generar productos financieros ad-hoc a las necesidades de la gente, y de reformar el marco regulatorio para integrar nuevas soluciones, estrategias y plataformas tecnológicas que le den a los servicios de ahorro la flexibilidad que requieren para cubrir los requerimientos de sus clientes. Todo lo anterior, claro está, acompañado de políticas públicas de educación financiera que, entre otras cosas, ayuden a la población a tomar conciencia de la importancia del ahorro y del uso del sistema financiero para tales fines.

2019-07-29T22:32:31-05:00