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Optimismo más allá del domingo

Julio Serrano*

Se empieza a sentir más optimismo en el país. Puede que los resultados de la elección del domingo magnifiquen o reduzcan esta sensación, pero no creo que la reviertan. 

Una clara señal del mayor optimismo es el desempeño del mercado de valores, el cual refleja las expectativas de los inversionistas. El Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) subió 6% en mayo y se ubica en su mejor nivel desde enero 2018. La confianza empresarial también va para arriba. Existe una clara tendencia al alza en los sectores manufactureros, comercial y construcción. Los dos primeros acaban de dejar atrás la postura pesimista que traían desde 2019.  

El mercado de bienes raíces —otro termómetro clave de la confianza popular— parece estar reactivándose. Tras un periodo de parálisis, se percibe —hasta ahora es pura evidencia anecdótica— que más gente está considerando comprar una casa.  

Sin duda buena parte del optimismo proviene de la reapertura de la economía. Lo peor de la pandemia parece haber quedado atrás. Cada día hay más mexicanos vacunados y la mayor actividad es palpable en las calles y en las tiendas. El auge que vive EU nos está dando un enorme empujón. En consecuencia, Banxico anunció ayer que este año el PIB podrá crecer hasta 7%. Todavía estamos lejos de recuperar lo perdido el año pasado, pero por lo menos vamos en el camino de la recuperación.  

Otra parte del optimismo proviene de la impresión de muchos de que López Obrador perderá fuerza tras los comicios del domingo. Hay quienes piensan que Morena ganará menos de la mitad de las 15 gubernaturas en juego (en un inicio se habló de que podía arrasar con casi todas) y perderá la mayoría simple en el Congreso (en un inicio se habló de que podía ganar la mayoría calificada). Los inversionistas le están apostando a que el Presidente estará más limitado en lo que resta del sexenio, con poco campo de maniobra para impulsar leyes como la de Hidrocarburos y de la Industria Eléctrica y poca fuerza para tomar decisiones como la de cancelar un aeropuerto con una tercera parte construido.  

Pero aun cuando Morena tenga un buen desempeño electoral, sigo pensando que existen motivos de optimismo. La elección marca la mitad del sexenio de López Obrador y, por lo tanto, significa que una vez concluida ya va más de salida. Las miradas de los medios empezarán a enfocarse hacia quién podrá sucederlo. Candidatos para reemplazarlo comenzarán a surgir. Al tener el final a la vista y saber que vendrá un nuevo líder, muchos adversarios (y supuestos amigos) le perderán un poco el miedo al Presidente. No le será tan fácil imponer su voluntad.  

Por supuesto que existe el riesgo de que Morena arrase en las elecciones (que obtenga mayoría calificada), lo cual dañará el optimismo. Veo poco probable que esto suceda. México está lleno de oportunidades. A partir del lunes empieza el final del capítulo de López Obrador y muchos inversionistas estarán deseosos de ver más allá, hacia un futuro más prometedor.

*Consejo Directivo del CEEY. Correo: [email protected]. Columna publicada originalmente el 3 de junio de 2021.

2021-06-03T14:52:38-05:00