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¿Pagan pocos impuestos las grandes empresas?

Julio Serrano*

En las últimas semanas han circulado en los medios cifras que hacen pensar que las grandes empresas mexicanas pagan pocos impuestos. Vale la pena ponerlas en contexto. 

El SAT dio a conocer que los grandes contribuyentes del país —un grupo con poco más de 10 mil empresas— pagan una “tasa efectiva” de impuestos de apenas 1.3%. A todas luces, este porcentaje parece muy bajo, sobre todo si lo comparamos con la tasa corporativa de ISR de 30%. La sensación inmediata es que los conglomerados más importantes del país están abusando.  

Dicha impresión se amplifica al observar que la tasa efectiva que calcula el SAT para los asalariados es de 11.4% y para las personas físicas de 25.4%. En otras palabras, la tasa efectiva que pagan los asalariados es ocho veces superior a la de los grandes contribuyentes y la que pagan las personas físicas es 19 veces mayor. Cualquiera que vea los números del SAT de tasas efectivas saldrá con la idea de que las grandes empresas están lejos de pagar lo que deberían. Y esta seguro es la intención de la autoridad fiscal. 

El problema es que la comparación es incorrecta: la tasa efectiva mide los impuestos que pagan las empresas sobre sus ventas y no sobre sus utilidades. En México y en todo el mundo se permite que los negocios deduzcan el costo de ventas, la nómina de sus empleados y otros gastos antes de aplicarles una tasa impositiva. Esa es la tasa del impuesto sobre la renta (ISR) que, como su nombre lo indica, toma como base la utilidad o “renta” del negocio, no las ventas. De aplicarse la tasa de ISR a las ventas y no a la utilidad, la enorme mayoría de las empresas quebrará.  

Lo cierto es que el SAT está mezclando peras con manzanas para promover su estrategia de sacarles más impuestos a los grandes contribuyentes. Raquel Buenrostro, jefa del SAT, dijo que pretende obtener 700 mil millones de pesos adicionales al año de esta fuente y buena parte de la justificación de sus cálculos proviene de la baja tasa efectiva que pagan. La lógica es que si pagan una tasa efectiva tan baja es porque deben de estar aplicando deducciones indebidas o estrategias ilegales.  

Entiendo que el gobierno quiera cobrar más impuestos. La recaudación en México es muy baja; de hecho, es de las más bajas de Latinoamérica como proporción del PIB. Y el problema no son las tasas impositivas: la de 30% de ISR corporativo (más 10% de PTU), por ejemplo, es de las más altas del mundo. Es un asunto de recaudación.  

No dudo que, como sugiere Buenrostro, algunos grandes contribuyentes evaden impuestos, pero me cuesta trabajo pensar que el monto llegue a 700 mil millones anuales. Lo que sí está pasando es que las grandes empresas (y las de todos tamaños) aprovechan —en menor o mayor grado— las lagunas en las reglas fiscales para pagar los menos impuestos posibles. Mientras que no caigan en la ilegalidad, hacen bien. El SAT ya advirtió que en la reforma fiscal que viene se enfocará en crear un marco jurídico más preciso. 

*Julio Serrano Espinosa, integrante del Consejo Directivo del CEEY. Correo: [email protected]. Columna publicada originalmente en Milenio el 24 de junio de 2021.

2021-06-25T18:29:19-05:00