¿Qué deberían proponer los candidatos presidenciales?

El desarrollo social en México se ha visto impedido históricamente por múltiples factores entre los que sobresale la desigualdad. Los candidatos presidenciales de estas próximas elecciones han presentado diversas propuestas indicando la necesidad de combatir esa desigualdad que tanto daño genera en la sociedad.

La necesidad de establecer una estructura social y de gobierno que impulse la igualdad de oportunidades está más que clara en el discurso de los contendientes, pero para que esto impulse la justicia y la movilidad social, esa igualdad debe ser efectiva. De esta manera se podrá reducir la alta estratificación socioeconómica que caracteriza a nuestra población y eventualmente alcanzar una mayor “igualdad de resultados” y de condiciones de competencia.

La movilidad social como eje

La conveniencia de tener a la movilidad social como eje de las políticas públicas se pone de manifiesto cuando vemos que el origen socioeconómico de las personas en nuestro país tiene una importante influencia en su desarrollo, obstaculizando la capacidad de movilidad ascendente de un gran número de mexicanos, dadas las circunstancias actuales.

El estudio de la movilidad social nos muestra que esta no sólo es un indicador de cambio en las condiciones de los individuos o las sociedades sino que también cubre una función impulsora por sí misma; la percepción juega en este caso un importante papel como motivador al ver que otros son capaces de salir adelante y escalar los peldaños socioeconómicos. Las políticas que rompen con el estancamiento provocado por factores que no están bajo nuestro control contribuyen a generar no sólo una situación de justicia sino una percepción positiva de ésta, fortaleciendo el vínculo entre sociedad y Estado al nivelar el terreno y allanar el camino para aquéllos en condiciones menos ventajosas.

Reducir la brecha de oportunidades de acceso entre los diferentes estratos, en todos los ámbitos, permite que las personas se desarrollen con base en su esfuerzo y sus capacidades, y que la retribución sea equitativa; esto repercutirá en una redistribución justa de los recursos, de manera natural, lo que nos lleva una vez más a la necesidad de diseñar políticas transversales a corto y largo plazo, que impulsen la movilidad y frenen el deterioro a la vez que sientan las bases para el desarrollo de las futuras generaciones y del país en general.

Reformar para facilitar y fortalecer el desarrollo

La labor de reformar las leyes e implementar su aplicación es compleja. Se debe partir de una base realista, con un enfoque global y una proyección de largo plazo, sin desaprovechar los logros alcanzados y al mismo tiempo erradicando los vicios adquiridos.

Las reformas deben eliminar obstáculos para que la ciudadanía tenga las oportunidades de desarrollarse y contribuir a generar prosperidad, deben ser tales que establezcan una estructura de apoyo al crecimiento del país y para ello se requiere de un análisis detallado en el que se tomen en cuenta no sólo los estratos socioeconómicos sino las características particulares de los grupos dentro de dichos estratos. Por dar un ejemplo, el aislamiento de las comunidades rurales es un factor fundamental en la desigualdad de oportunidades entre personas de estratos similares: las condiciones socioeconómicas pueden ser similares pero las oportunidades muy disímiles. Las políticas y las reformas que se pretendan implementar deben ser lo suficientemente amplias para así ser incluyentes en un marco de equidad.

Las propuestas de los candidatos presidenciales tendrán un mayor alcance y profundidad si se ubican en un contexto no solo de combate a la desigualdad sino de impulso a la movilidad social como medida y generador del progreso de la nación.

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2018-07-16T10:21:38-05:00