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¿Sobrevivirán los gimnasios?
Julio Serrano*
Invariablemente, cada Año Nuevo una de las principales resoluciones después de comer y beber en exceso en las fiestas decembrinas es ponernos en forma. Estas son buenas noticias para los gimnasios: sus membresías siempre se disparan al arrancar el año, pero aquí acaban sus razones para celebrar. Los retos que enfrentan son enormes.
Dos años de pandemia han puesto en jaque a los gimnasios. Muchos han cerrado sus puertas de manera permanente y otros están al borde de hacerlo. Aun con la reapertura, la supervivencia de la industria como la conocemos está en duda. Para evitar una quiebra generalizada tendrá que reinventarse.
Fue durante el confinamiento que se transformó el modelo de negocios. Al no poder asistir físicamente al gimnasio, la gente optó por traerlo a sus casas. Clases remotas fueron la norma. Empresas como Pelotón, cuyo producto estrella es una bicicleta con acceso a rutinas a distancia a las que se puede suscribir mediante una membresía mensual, se volvieron la norma.
El año pasado, si nos guiamos por el desempeño de las acciones de Pelotón y de otras empresas de ejercicio remoto y lo comparamos con el de los gimnasios, la muerte de los gimnasios parecía inminente. La acción de Pelotón se multiplicó por ocho de marzo a diciembre de 2020. La empresa llegó a valer 50 mil millones de dólares, más que todas las cadenas de gimnasios públicas en Estados Unidos juntas.
Ahora que la gente ha comenzado a regresar a los gimnasios —aunque ómicron ha frenado su recuperación—, el mercado parece darle de nuevo viabilidad a la industria. Las acciones de Pelotón se han desplomado mientras que las de cadenas de gimnasios se han recuperado.
Como suele suceder en estos cambios de paradigma, la nueva realidad de la industria de gimnasios no será ni tan oscura como se vislumbraba el año pasado ni tan positiva como parece ahora. Mi impresión es que la gente no quiere regresar al modelo anterior, pero tampoco está dispuesta a dejar de ir por completo los gimnasios. El covid transformó la industria.
La idea de que la única forma en la que la gente está dispuesta a hacer ejercicio es en un gimnasio quedó en el pasado. La pandemia demostró que existen sustitutos como Pelotón, que nos permiten tener una experiencia similar en casa. Para sobrevivir, los gimnasios tendrán que ser más flexibles y ofrecer experiencias digitales a la gente que quiere ejercitar en sus casas de vez en cuando. Es decir, tendrán que optar por un modelo omnicanal.
Ofrecer clases remotas les permitirá alcanzar economías de escala. Dar una clase a cientos de suscriptores en líneas cuesta lo mismo que dársela una docena en un estudio físico. Asimismo, tendrán que buscar reducir costos. En México, las cadenas Sports World y Smart Fit anunciaron su intención de fusionarse, un paso en la dirección correcta.
La pandemia cambió hábitos y aceleró tendencias. Los gimnasios han sido de los más afectados. Veremos si reaccionan para evitar ser obsoletos.
*Integrante del Consejo Directivo del CEEY. Correo: [email protected]. Columna publicada originalmente el 6 de enero de 2022 en Milenio.