Igualdad de oportunidades en México: educación y trabajo digno
El desarrollo social y la igualdad de oportunidades en México se sustentan en buena medida en el acceso a una educación de calidad y a un trabajo digno.
Las transformaciones por las que están atravesando los mercados laborales, debidas en particular a los avances tecnológicos en la llamada Cuarta Revolución Industrial, requieren que se le preste atención especial a la capacitación para el empleo en las políticas públicas.
Mejores competencias, mejor empleo, mejor vida
El trabajo digno es un derecho de todos, es una actividad que impulsará el desarrollo de las personas, que debe ser elegida libremente y ofrecer a los individuos la oportunidad de alcanzar sus aspiraciones y de esa manera poder participar de manera autónoma en las decisiones que afecten sus vidas en un marco de integración y justicia social.
Por otro lado, el desempeño y los logros laborales están directamente relacionados a la calidad y el nivel de educación alcanzado por el trabajador, en adición a la capacitación recibida para el desarrollo de sus actividades: las mejores oportunidades de remuneración y de crecimiento en el empleo las tienen aquellos que han desarrollado mejores competencias, destrezas y habilidades.
Sin embargo, el acceso al trabajo digno, al igual que a una educación de calidad, aún está supeditado en gran parte a las condiciones de origen de los individuos o a su situación socioeconómica; esa dependencia que limita la movilidad social en México debe erradicarse a través de programas y acciones que impulsen la igualdad de manera articulada con otros proyectos, a la vez que atiendan las posibles amenazas a las que se enfrentan aquellos en situación vulnerable.
Las políticas públicas y los programas que se deriven de estas están obligados a considerar a profundidad la problemática presente en el sistema educativo y los mercados laborales, tomando en cuenta diversas posibles desventajas, como la inserción temprana de los jóvenes al mercado laboral, que puede de manera indirecta promover la deserción escolar y a la larga agudizar dicha problemática, especialmente en un mercado con un alto índice de informalidad como el nuestro.
El estrecho vínculo entre la educación y el trabajo requiere de una íntima integración en el diseño de las reformas y el establecimiento de las políticas y programas orientados a fortalecer la igualdad de oportunidades en México y a sentar las bases para el futuro desarrollo del país; para ello, las características de la movilidad social observada tanto en el ámbito educativo como en el entorno laboral, sirven como base de partida para la construcción de modelos que apoyen el acceso a una mejor educación y a un trabajo digno para una mejor vida.