La movilidad intergeneracional en el trabajo en México

Las oportunidades de trabajo en México se ven afectadas por un cúmulo de circunstancias que redundan en una baja movilidad intergeneracional: las condiciones del hogar de origen aún son determinantes en buena medida de los logros laborales de las personas.

El papel que las políticas públicas han tenido en el deterioro de la movilidad social a lo largo de la historia es tema de estudio a nivel mundial, pero la información disponible es aún escasa. Las causas de la inmovilidad varían de país en país, e incluso entre regiones de un mismo país; desde las brechas en ingresos hasta las políticas de protección a las clases medias, los diversos factores involucrados en este fenómeno afectan a la movilidad de diferente manera.

Movilidad y talento

La adquisición de habilidades desde temprana edad es un factor clave para el desarrollo del talento, y esto requiere que se establezcan condiciones de igualdad de oportunidades educativas. Cuando las características mismas del mercado laboral inhiben la asignación de puestos de trabajo con base en el talento de los individuos, se están inhibiendo de manera paralela los incentivos para invertir en educación y capacitación, generando desigualdad y estancamiento de la movilidad social.

El nivel de informalidad en el mercado laboral mexicano también juega un papel importante en la persistencia de la baja movilidad intergeneracional al impulsar el empleo precario y de mala calidad. Esto incide en una baja productividad y una alta rotación de empleos que se convierte en un círculo vicioso del que el trabajador difícilmente puede esperar salir: la inestabilidad se convierte en la norma y las expectativas de desarrollo se reducen a lo más elemental, con el propósito de subsistir y cubrir las necesidades del día a día, minimizando las aspiraciones de crecimiento de los individuos.

Los estudios realizados por el CEEY dejan ver el cúmulo de factores socioeconómicos que han afectado a la movilidad en nuestro país, incluso de formas inesperadas, al existir desequilibrios en los procesos y deficiencias en el establecimiento de reformas y políticas adecuadas para frenar dichos problemas y salvar los obstáculos que se presentaban. La mala asignación de recursos y la disparidad entre los objetivos de la educación y la estructura del mercado laboral, entre otros factores, han impedido la reducción de la informalidad a pesar de los avances en materia educativa y la estabilidad de la macroeconomía, lo que indica la necesidad de realizar análisis a profundidad que nos permitan interpretar adecuadamente las dinámicas socioeconómicas para diseñar políticas públicas eficaces. El documento del CEEY, Educación y Trabajo Digno. Un camino hacia la movilidad social, discute la naturaleza de dichas políticas públicas.

Incrementar la movilidad social intergeneracional en el trabajo en México será el resultado de impulsar la generación de habilidades y capacidades de los individuos en un entorno de igualdad, a la vez que se promueve la transformación del mercado laboral en pos de un trabajo digno y el desarrollo de la justicia social.