Urgen propuestas para mejorar el sistema de salud en México

La desigualdad en las oportunidades de acceso a los sistemas de salud en México es un tema ineludible para los candidatos presidenciales en las elecciones en México 2018. Aun cuando algunos de los indicadores más importantes de la salud de los mexicanos han mostrado una notable mejoría en los últimos años, el sistema de salud sigue enfrentando desafíos que no ha podido solventar.

La ineficiencia del sistema es el resultado de múltiples factores y sus consecuencias se han acumulado a lo largo del tiempo, por lo que se requiere tomar medidas que permitan frenar su deterioro a corto plazo y abrir así el espacio para la implementación de políticas y acciones específicas de largo plazo que lo fortalezcan.

¿Qué elementos deben considerar las propuestas?

Cualquier esquema de propuesta debe partir de la situación puntual por la que atraviesa el sistema actualmente, empezando por las condiciones de salud de la población, y de esa manera establecer las necesidades que deben cubrirse. Si bien ha habido un avance notable en materia de mortalidad infantil y materna, expectativa de vida al nacer y esperanza de vida saludable, aún nos encontramos rezagados en estos y otros temas con respecto a las metas propuestas y las condiciones en otros países.

Por otro lado, el cambio que significa la reducción en enfermedades transmisibles y el incremento en las no transmisibles implica modificaciones en los procesos de atención a la población que van más allá de los servicios médicos, involucrando a otros sectores entrelazados a la salud pública. De aquí la necesidad de desarrollar estrategias integrales con un enfoque amplio y bien coordinadas, que tomen en cuenta las proyecciones de salud implícitas en una población con nuestras características.

Esto nos lleva a las grandes desigualdades que existen en las diferentes regiones del país con respecto al acceso a los servicios de salud. La cobertura de la seguridad social es uno de los elementos más importantes que deben estar contenidos en las propuestas de campaña. Las disparidades entre los diferentes servicios de salud y las irregularidades en sus estructuras y regulaciones presentan una barrera a la movilidad social en México, además de generar duplicidades y un mal uso de los recursos disponibles en un rubro en el que el financiamiento ya es de por sí insuficiente.

A este respecto, el incremento en la asignación presupuestal para el sector salud en 2018 no es el requerido para compensar las reducciones de los dos años anteriores y apenas rebasa al presupuesto de 2013. El porcentaje del PIB en gastos de salud en México sigue estando muy por debajo del promedio de los países miembros de la OCDE, que en 2016 era del 9.0%. Es imperativo que dentro de las propuestas que se presenten se consideren los mecanismos necesarios para establecer una política de cero reducción al presupuesto en salud y esquemas de financiamiento más eficientes.

La fragmentación de la estructura de los servicios de salud también genera diferencias que inciden en la desigualdad socioeconómica de la población y eso requiere de una reorganización profunda para eliminar la segmentación y promover un sistema lo más homogéneo posible. Se debe replantear la necesidad de continuar reformando el sistema con vista a eliminar sus deficiencias e incrementar su productividad.

Existen muchos más puntos a tomar en cuenta para mejorar el sistema de salud en México, como la necesidad de incrementar el número de profesionales de la salud, promover una cultura de prevención y buenos hábitos, ampliar el rango de acción de agencias reguladoras y autoridades en materia de salud pública, modernizar la infraestructura hospitalaria, entre otros.

La salud de la población es derecho de todos y pilar de la productividad de la nación, es urgente que se presenten propuestas que puedan convertirse en políticas públicas para mejorar nuestro sistema de salud.