Movilidad social en México: ¿un país utópico?

Nuestro desarrollo como integrantes de una sociedad gira alrededor de tres dimensiones principales y el estudio de la movilidad social en México nos ha permitido determinar una serie de factores independientes pero vinculados entre ellos, que inciden en la desigualdad de oportunidades en nuestro país.

Estas dimensiones son la salud, la educación y los ingresos, que a pesar de haber mostrado mejoras en los últimos años aún presentan importantes rezagos, frenando el progreso y el bienestar de la población, y esto se ve reflejado en una baja movilidad social.

Para alcanzar las metas de prosperidad que deseamos, necesitamos que haya un acceso equitativo a los medios que conducen a ésta, por lo que el CEEY ha presentado diversas propuestas para agilizar la movilidad y promover el desarrollo social. A continuación exponemos brevemente algunos de los puntos considerados en estas propuestas.

Sistema de protección social unificado y universal

La baja cobertura de los servicios de protección social, la fragmentación del Sistema Nacional de Salud y la insuficiencia del gasto público destinado a seguridad social, contribuyen al estancamiento de la movilidad social intergeneracional y por ende a la persistencia de la desigualdad de oportunidades. Entre otras cosas, es necesario incrementar los ingresos tributarios, establecer una rectoría única de los sistemas y elaborar un registro nacional de usuarios para eliminar estas deficiencias. Para ello se requiere reestructurar el financiamiento de los sistemas, así como replantear las políticas públicas sin reducir el presupuesto en materia de salud.

Educación de calidad para todos

Garantizar el acceso a la educación no es suficiente si ésta no tiene la calidad requerida y no contribuye a reducir la desigualdad de oportunidades, particularmente en los niveles medio y medio superior. Es también importante promover la asistencia de los niños a la educación preescolar y asignar recursos para mejorar las condiciones de sus planteles, que presentan graves carencias, así como prestar particular atención a la pertinencia de la educación ya que contribuye a que los estudiantes continúen con su proceso educativo.

Tomando en cuenta el alto nivel de influencia que tiene el nivel educativo de los padres en el de sus hijos, la propuesta del CEEY en el aspecto de la educación incluye, entre otros, tres aspectos que requieren ser solucionados para reducir las diferencias de oportunidades: insumos, procesos y desempeño.

Eliminación de la informalidad

La brecha entre las condiciones de aquellos que laboran bajo un esquema de informalidad y quienes realizan labores reguladas es cada vez mayor, generando mayor desigualdad no solo en sus ingresos sino también en el acceso a oportunidades de bienestar y desarrollo. Esto se traduce en un estancamiento de la economía en general y de la movilidad.

Además de fortalecer la recaudación de impuestos, suprimir la informalidad permitiría mejorar la calidad de los empleos y ofrecer mayor protección y mejor capacitación a los trabajadores, abriendo así el acceso de estos a mejores oportunidades de crecimiento laboral.

Mercado laboral robusto

Se requiere acceso a empleos con seguridad social dentro de un mercado flexible en el que los trabajadores reciban una remuneración justa por sus servicios; en este punto en particular es importante hacer resaltar la necesidad de eliminar toda forma de discriminación. La desigualdad de género en el ámbito laboral y las ambigüedades en el marco legal sobre algunas modalidades de empleo continúan siendo retos pendientes de resolver.

Un mercado laboral adecuadamente estructurado incide también en la eliminación de la informalidad y genera incentivos para la inversión en educación.

Inclusión financiera

Igualar las oportunidades de acceso a sistemas financieros contribuye al desarrollo de una cultura del ahorro y al impulso de la creación de empresas, además de ser un medio de protección si a esto le sumamos el acceso a los seguros.

Esto requiere que se faciliten los procesos financieros y se reestructuren las condiciones de crédito ofrecidas por las instituciones para dinamizar la generación de negocios y a la vez evitar que los emprendedores se encuentren en el riesgo de caer en una trampa de pobreza.

La aplicación de estos cinco puntos nos dará la oportunidad de generar los cambios necesarios para reducir las desigualdades que están impidiendo el desarrollo, la justicia social y la prosperidad de nuestra nación.

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2018-07-16T10:18:39-05:00