Inclusión financiera en México: acceso al crédito para microempresas
La inclusión financiera en México está íntimamente ligada al desarrollo y la movilidad social, así como a la reducción de la desigualdad de oportunidades. Tener acceso a crédito, dentro del sistema financiero ayuda al pago de bienes y servicios para el fortalecimiento, entre otras, de las capacidades de salud, educación y vivienda de las personas. Esto, a fin de que los individuos pueden participar en el mercado laboral, ya sea como empleados o emprendedores, y así generen ingresos para satisfacer sus necesidades básicas y puedan llevar una vida digna.
El acceso a las diferentes herramientas financieras depende en buena medida de los mecanismos implementados por las entidades financieras y al marco regulatorio vigente, que a la fecha se ha tropezado con problemas que han impedido dicho acceso.
Diversos factores para un mismo resultado: exclusión
Existen diversos programas de apoyo para los micronegocios, pero también existe un alto nivel de desconocimiento de dichos programas entre los microempresarios, lo que genera una exclusión hasta cierto punto involuntaria. Se necesita mejorar los mecanismos de difusión y promover una cultura financiera que permita solventar este problema. Las microempresas representan una oportunidad de negocio que ha sido un importante punto en la discusión sobre la economía del país. La mera generación de empleos que estas aportan les da un valor agregado que no podemos dejar de tomar en cuenta.
La informalidad es también un obstáculo que debe ser resuelto. Las entidades financieras piden a sus clientes muchos requisitos para extenderles un crédito. Pero muchos de estos requisitos se establecen no necesariamente para resolver problemas de información y mitigar el riesgo. Muchos se solicitan por razones que tienen que ver con políticas para prevenir el lavado de dinero o por requisitos de la Secretaría de Hacienda a fin de que las entidades financieras cumplan con un rol de agentes del fisco. Sin embargo, si lo que se busca es impulsar la inclusión financiera y el crecimiento, no es conveniente para el sistema financiero—ni para la economía del país—esperar a que esto se solucione antes de tomar las medidas necesarias para impulsar el crédito. Para ello se requiere del diseño de mecanismos y políticas públicas que abran el acceso al mismo. Las actuales plataformas fintech son una excelente herramienta que podría generar inclusión al permitir el acopio y distribución de información relevante para el sistema, mejorando la eficiencia del mismo y promoviendo la productividad de las microempresas.
De igual manera, la percepción de desconfianza y costo que algunos emprendedores tienen con respecto al sistema financiero los mantiene alejados de productos y herramientas que, a pesar de ser más convenientes, son percibidas como onerosas. Las propias políticas públicas pueden ser percibidas de manera negativa, como el hecho de que el gobierno busque usar al sistema financiero como una herramienta de captación fiscal, ahuyentando así a los microempresarios que prefieren permanecer en la informalidad.
A todo esto podemos añadir la barrera que representa la misma estructura del sistema financiero y la relativamente baja participación de los grandes bancos en el financiamiento de las microempresas. Esto da paso a que éstas hagan uso de mecanismos diseñados para personas físicas (ie. créditos al consumo). Los mismos implican mayores costos y plazos más cortos para los emprendedores en caso de requerir recursos para la adquisición de bienes de capital. Esto restringe su capacidad de desarrollo y la posibilidad de transitar a un esquema de pequeña o mediana empresa.Y es que el acceso al crédito es prioritario para las microempresas, no solo como un mecanismo de inclusión financiera sino como un factor de promoción a la movilidad social y el bienestar de la población de nuestro país.