¿Cómo funciona el sistema financiero en México?

El sistema financiero en México es un entramado compuesto por instituciones y organismos que si bien pueden operar de forma independiente, están interrelacionados y se mueven dentro de un mismo marco.

Estas entidades cubren las diversas necesidades de movimiento de dinero al poner a disposición de clientes y usuarios los mecanismos requeridos para el ahorro o la inversión a través de múltiples agentes. En el documento El Sistema Financiero Mexicano: diagnóstico y recomendaciones publicado por el CEEY, se ofrece un sólido análisis de las características de los varios elementos que conforman al sistema y se presentan propuestas orientadas a su fortalecimiento.

Un sistema en vías de crecimiento

El comportamiento del sistema financiero en México ha sido uno de sano desarrollo en términos generales: los diferentes indicadores como el Índice de Capitalización o el nivel de morosidad demuestran que las acciones tomadas y las normas instituidas han dado buenos resultados y su impacto en la economía ha sido positivo. Sin embargo aún existe rezago en lo que se refiere a la penetración y la inclusión financiera, como se puede ver en el bajo porcentaje de la cartera de crédito con relación al PIB: poco más del 35% en 2017, de acuerdo a datos del Banco Mundial.

Esta situación de rezago se ve incrementada por el bajo uso de las líneas de crédito ofrecidas por la banca, y tiene su origen en diferentes factores, algunos de los cuales se remontan a las crisis sufridas a partir de 1982 y son analizados en El Sistema Financiero Mexicano. Los antecedentes históricos, la alta informalidad y la influencia de la participación gubernamental en los grupos financieros, son algunos de los elementos que se estudian para explicar el bajo desempeño del sistema en ciertas áreas, que se convierten en una oportunidad de mejora.

La arquitectura del sistema financiero debe ser reevaluada para diseñar las políticas públicas y el marco regulatorio que le den la flexibilidad necesaria para transformarse y adaptarse al ingreso de nuevos intermediarios y también para enfrentar los riesgos que representan las fluctuaciones y el deterioro de los diferentes mercados que nos afectan y la incertidumbre generada por el bajo crecimiento económico tanto nacional como global, así como las recientes variaciones en el entorno político.

El funcionamiento del sistema financiero en México se ha ido robusteciendo paulatinamente, en buena medida gracias a la participación del capital extranjero y la aplicación de buenas prácticas y estrategias. Las recomendaciones que el Centro de Estudios Espinosa Yglesias ofrece a través de sus publicaciones nos permitirán ir eliminando las deficiencias que aún persisten en el sistema y que presentan un obstáculo para el desarrollo de nuestro país.