Desigualdad: tómala en cuenta para las elecciones en México 2018

La reducción de la desigualdad es un tema ineludible que debe formar parte de las propuestas de los candidatos en las elecciones en México 2018 y ser adecuadamente tratado y difundido.

Aun cuando las diferencias entre los ingresos de los distintos sectores de la población son tal vez el campo de desigualdad más notorio, no es el único que debemos tomar en cuenta. La desigualdad de oportunidades, la desigualdad entre sexos, incluso la desigualdad en el trato hacia las personas son parte de un problema común en el que la educación es un importantísimo factor de cambio que no podemos perder de vista. Se necesita un paquete integral de políticas públicas que fomente la colaboración entre las diferentes dependencias y permita combatir las fuentes de desigualdad de manera precisa y coordinada.

Desigualdad en la educación, tema central en las elecciones en México 2018

La asignación de recursos para la educación en México en términos de porcentajes del Producto Interno Bruto o de gasto público total está por encima de la media para los países miembros de la OCDE: 5.4% y 17.3% respectivamente en 2014. Sin embargo, el gasto por estudiante es el más bajo de todos estos países, con excepción de Colombia, y la disparidad en los gastos incurridos entre diferentes niveles educativos es la mayor entre los países que han proporcionado información: el gasto por estudiante en instituciones de educación superior rebasa en más de tres veces al gasto por estudiante en instituciones de educación primaria.

Otra disparidad que la OCDE hace notar al respecto del sistema educativo mexicano es que sólo un 4% del gasto total en instituciones de educación primaria a superior es gasto de capital, cuando el promedio de la OCDE es de 9%. Estas desigualdades en la distribución de los recursos deberán ser contempladas en los planes y propuestas de los contendientes en las próximas elecciones en México para mejorar la oferta educativa en nuestro país.

Los esfuerzos para impulsar la educación tecnológica han tenido resultados ligeramente positivos, y para 2015 un 15% de los jóvenes entre 15 y 19 años de edad estaban inscritos en programas de educación técnica superior, pero aún así nos encontramos muy por debajo de la media y a esta situación debemos añadir el bajo número de estudiantes que se gradúan. Esto restringe las oportunidades de acceso al mercado laboral especializado, con las consecuentes repercusiones en economía y desigualdad.

Uno más de los problemas de la educación en México es el bajo desempeño y la deserción escolar. Los factores involucrados en este último punto van desde la violencia en las escuelas hasta factores económicos o incluso académicos. El nivel medio superior es en donde se registra la tasa más alta de deserción.

Con respecto al bajo desempeño, los resultados de la evaluación 2015 de PISA para México no son alentadores. En las áreas de ciencias, lectura y matemáticas, menos del 1% de los estudiantes logró alcanzar niveles de excelencia, y solamente el rendimiento en el área de matemáticas mostró una mejoría notable respecto de las evaluaciones anteriores. Debemos insistir en la urgencia de atender el problema generado por el bajo gasto que se hace por cada estudiante en nuestro país: apenas superior al 30% del gasto promedio en países de la OCDE.

La desigualdad va más allá de la educación

Por supuesto, las diferencias en el acceso a diferentes servicios o al mercado laboral también deben ser consideradas dentro de las propuestas de políticas públicas de los candidatos. Por dar un ejemplo, la cobertura de seguridad social en México sólo abarca al 37% de la población ocupada, según datos de la ENOE del cuarto trimestre de 2016, resaltando las deficiencias del actual esquema de cobertura.

De igual manera, el tema de la inclusión financiera requiere de una particular atención, no sólo para promover el ahorro y la consecuente protección que éste le brinda a las personas sino también para diseñar mecanismos que permitan eliminar barreras tanto en oferta como en demanda y así reducir la desigualdad en el acceso a créditos y seguros. Esto va de la mano con las características del mercado laboral, en el que las altas tasas de informalidad han tenido un importante efecto sobre la desigualdad en materia de acceso a los sistemas financieros y de seguridad social.

Todo esto es indicativo de la necesidad de llevar a cabo una reestructuración de los servicios educativos en México con un enfoque bien definido en el manejo y distribución adecuados de los recursos disponibles para poder elevar el nivel educativo, así como de implementar políticas públicas para combatir la desigualdad en cualquiera de sus facetas. Los proyectos de los candidatos presidenciales deben ser claros y tomar en cuenta la incidencia que tiene en la generación de desigualdad un sistema educativo en el que el valor de las prioridades no corresponde a las necesidades de la población y sí frena el desarrollo social en México.

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2018-05-02T21:58:28-05:00