La desigualdad educativa entre circunstancias y expectativas

Andrés Eloy Ruiz Adrián

Participante XI Escuela de Verano sobre Movilidad Social

En Dark, una serie de televisión alemana, se desarrolla una trama en la que el tiempo se vuelve cíclico y el presente es determinado no solo por el pasado, sino también por el futuro.

Tal parece que esa es la paradoja a la que está sujeta la situación de desigualdad en la trayectoria educativa que viven los y las jóvenes de los sectores más necesitados de México. En efecto, el esfuerzo presente que hacen las familias y las(os) jóvenes pareciera estar influido por el pasado y por el futuro, dado que no solo depende de las circunstancias de la familia de origen (educación y ocupación de los padres, residencia rural o urbano), sino también de cierta visión del futuro: las expectativas de los padres sobre los logros educativos de los hijos.

Diversas investigaciones presentadas en la XI Escuela de Verano sobre Movilidad Social, organizada por el CEEY, nos dan señales de lo anterior. Si bien las temáticas de la escuela fueron movilidad social, género, inclusión financiera, trabajo y salario; en todas las investigaciones, de manera transversal, se encontraban el acceso, el logro educativo (de padres y jóvenes) y sus expectativas, como factor crítico de la desigualdad.

En cuanto a la influencia del pasado sobre el presente, en un estudio de Vélez, Monroy-Gómez-Franco y Yalonetzky (2018) se muestra que las circunstancias de los padres tienen un gran peso en la desigualdad que puedan vivir en el presente sus hijos e hijas. El estudio identifica circunstancias como la riqueza del hogar, la ocupación y el nivel educativo del jefe de familia como factores que pesan en la siguiente generación reproduciendo condiciones de desigualdad.

Con relación a la forma en la cual el futuro influye en el presente, se produce a partir de las expectativas educativas de los padres sobre el logro de los hijos, pues estas «pueden afectar la escolaridad ya que determinan el nivel de involucramiento de los padres en las actividades académicas de sus hijos, e incluso pueden determinar el nivel de inversión de recursos, lo cual, según la evidencia al respecto, tiene un efecto positivo y significativo sobre el logro educativo» (Székely, 2015, pg. 17).

Pareciera entonces que la desigualdad en educación tiene la forma de una cinta de Moebius. ¿Debemos resignarnos a lo inevitable de la desigualdad? Encontramos una posible respuesta en lo expuesto por Mancini (2019) para atender la desigualdad laboral,[1] pues es aplicable a la desigualdad educativa:

  • Metas de inclusión. Los gobiernos deben establecer indicadores específicos de inserción y logro educativo de los sectores más vulnerables.
  • Incentivos. Programas de becas con base en compromisos sociales, y reconocimientos al logro que incluyan empleo asegurado.
  • Cuotas de inserción. De cumplimiento obligatorio en carreras específicas y por instituciones.
  • Flexibilización de trayectorias. Promover la flexibilización de los estudios mediante desarrollos curriculares innovadores y adaptados a la población necesitada (por ejemplo madres adolescentes, jóvenes trabajadores, etc.).
  • Carreras ocupacionales. Trabajar con las expectativas educativas de la familia y reconstituirlas con trayectorias más largas.

Atender la desigualdad en la educación es un tema del presente, su solución no solo garantiza propiamente el bienestar actual de miles de hombres y mujeres, sino que también garantiza una mejor sociedad a mediano y largo plazo. Es el punto inicial por el cual comenzamos a liberarnos del peso del pasado y el yugo del futuro. Romper la desigualdad educativa es posible, con conocimiento y compromiso podemos pasar de la cíclica cinta de Moebius a una espiral virtuosa de igualdad y bienestar.

 

Referencias:

Mancini, F. (2019) «Movilidad social intrageneracional y desigualdades de género en México» Documento de trabajo CEEY,  Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

Székely, M. (2015) «Expectativas educativas: una herencia intangible» Documento de trabajo CEEY, Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

Vélez, R., L. Monroy-Gomez-Franco y G. Yalonetzky (2018) «Inequality of opportunity in Mexico» Documento de trabajo CEEY, Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

[1] Mancini (2019) concluye con un esquema posible de adaptar en la atención de la desigualdad educativa. Considera la compresión a largo plazo de un problema estructural para el cual se deben desarrollar medidas de: 1) Incentivos, 2) Segregación sexual (discriminación positiva), 3) Carreras ocupacionales específicas y diversas y 4) Reconocimiento al trabajo doméstico y al trabajo no asalariado, formalizándolo y dándole seguridad social y otros incentivos.

2021-07-15T23:43:19-05:00