La inclusión financiera de la mujer y el desarrollo social en México
La implementación de acciones y políticas para impulsar el desarrollo social en México debe llevarse a cabo considerando la eliminación de todo tipo de discriminación y brechas que representen un obstáculo.
Esto implica la necesidad de fomentar la inclusión financiera de la mujer en nuestro país, que aún presenta una importante brecha de género visualizada, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (2018), en términos generales en la tenencia de productos financieros a nivel nacional (brecha de 6.6%).
La igualdad como motor de la inclusión
Integrar a la mujer en el uso y participación en el sistema financiero no solo implica dar acceso a sus servicios y productos, también requiere de una nivelación de oportunidades laborales, educativas y de seguridad social que le permitan a las mujeres contar con los recursos necesarios para poder involucrarse y tener la libertad de tomar sus propias decisiones financieras. La inclusión financiera de la mujer es un pilar fundamental para la consecución de varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU en términos de la problemática de pobreza ya que, como lo establecen en el último Progress of the World’s Women 2015-2016, la mujer es la cara de la pobreza. En este sentido, ONU Mujeres considera que las mujeres son más propensas a vivir en los hogares más pobres y la importancia de la inclusión financiera encuentra un papel elemental. Las políticas públicas que se elaboren deberán ser diseñadas con la reducción de la desigualdad en mente, no solo en el ámbito financiero sino en todas las dimensiones socioeconómicas.
El análisis de las circunstancias actuales del estado de la inclusión financiera en México a través de encuestas y reportes como el Global Gender Gap Report, la Base de Datos Global Findex o el Reporte Nacional de Inclusión Financiera, nos dan la oportunidad de elaborar un diagnóstico adecuado sobre el cual estructurar políticas y acciones que tengan mayores probabilidades de éxito. Así, podemos ver que la Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF) ha contribuido de manera importante a la reducción de la desigualdad de oportunidades y la brecha de género en razón. Los avances mostrados en el Reporte Nacional de Inclusión Financiera (2017) muestran un incremento de la oferta y demanda de servicios financieros, así como la relación entre estos indicadores y la educación, alfabetización, capacitación y bienestar financiero en México.
De igual manera, la PNIF incluye objetivos relevantes para la inclusión financiera de la mujer tales como el trabajar productos para mujeres (Eje 4) y la generación de datos para atacar la brecha de género (Eje 6). Y es que aún existen áreas de oportunidad que requieren de la atención de las autoridades, las instituciones y la sociedad.
Las políticas que se implementen a partir de cambios en el marco normativo y con base en las necesidades específicas de los diferentes grupos permitirán que se generen productos y servicios financieros más eficientes y productivos. Tal es el caso esperado de productos diferentes de ahorro o de créditos colectivos que puedan ayudar a grupos vulnerables que, bajo el esquema actual, no pueden participar del sistema financiero.